El político laborista británico Keir Starmer, en su primer discurso como primer ministro, anunció la anulación del controvertido «Plan Ruanda» que proponía deportar a inmigrantes pendientes de solicitud de asilo al país africano. Este plan, ideado por Boris Johnson y reactivado por Rishi Sunak, había sido criticado por su legalidad, efectividad y alto coste.
Starmer, en su papel de líder laborista, aseguró que el plan estaba «muerto antes de empezar» y que él y su gabinete serán juzgados por sus acciones, no por sus palabras. Además, advirtió que se tendrán que tomar decisiones duras en los próximos días.
En lugar del «Plan Ruanda», Starmer propone la creación de un Comando de Seguridad de Fronteras y una mayor colaboración con Francia y otros países europeos para combatir las redes de tráfico humano. Esta decisión llega después de que se registrara un récord de travesías del Canal de la Mancha en la primera mitad del año, con 12.600 inmigrantes irregulares.
Además, Starmer pretende agilizar el procesamiento de las casi 70.000 peticiones de asilo aún pendientes. Al mismo tiempo, el nuevo primer ministro ha reafirmado su apoyo a Ucrania y ha destacado que la seguridad y defensa son la máxima obligación de su gobierno.
Starmer, apoyado por Rachel Reeves, la primera mujer al mando de la Secretaría del Tesoro, reiteró que la principal misión de su gobierno será el crecimiento económico. Aseguró que en sus planes no está el reingreso en la UE o la vuelta al mercado único o a la unión aduanera.
El líder laborista resaltó que el gabinete, que cuenta con un 44% de mujeres y la mayoría con educación pública, es un reflejo de las aspiraciones de los británicos. Además, destacó que su gobierno pondrá primero al país y luego al partido.
Entre las principales integrantes del gabinete se encuentran Angela Rayner, viceprimera ministra y ministra de «nivelación económica»; Rachel Reeves, secretaria del Tesoro; Yvette Cooper, secretaria de Interior; Bridget Phillipson, secretaria de Educación; Shabana Mahmood, ministra de Justicia; Liz Kendall, secretaria de Trabajo y Pensiones; Louise Haigh, secretaria de Transportes; y Sue Gray, jefa de Personal.
Cada una de estas mujeres aporta una sólida experiencia y una perspectiva única a sus respectivos roles. Por ejemplo, Angela Rayner, a pesar de abandonar la escuela a los 16 años cuando quedó embarazada, trabajó como cuidadora y entró en la política a través del sindicalismo. Por otro lado, Rachel Reeves, la primera mujer en llegar a la secretaría del Tesoro, fue campeona infantil de ajedrez y trabajó en el Banco de Inglaterra antes de entrar en la política.
Este nuevo gobierno laborista, con un enfoque en la seguridad fronteriza, el crecimiento económico y una mayor representación femenina, promete un cambio significativo en la dirección política del Reino Unido. Sin embargo, como Starmer enfatizó, serán sus acciones, no sus palabras, las que finalmente determinarán el éxito de su gobierno.
