Corea del Norte y Corea del Sur están envueltas en un inusual intercambio de globos llenos de propaganda y desechos, lo que ha aumentado las tensiones entre los dos países que permanecen oficialmente en guerra desde la década de 1950. Este intercambio de globos es una forma de guerra psicológica que ha sido utilizada por ambos lados de la frontera durante décadas para difundir propaganda y desinformación.
Fighters For Free North Korea (FFFNK), un grupo de activistas surcoreanos, anunció que había lanzado diez grandes globos de plástico hacia Corea del Norte. Estos globos contenían 200.000 folletos criticando al líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, 5.000 memorias USB cargadas con música surcoreana y K-dramas, y 2.000 billetes de un dólar.
El lanzamiento de los globos por parte de FFFNK se produjo después de que Corea del Norte enviara alrededor de un millar de globos cargados de desechos a Corea del Sur. Los globos norcoreanos, que aterrizaron en ciudades y campos surcoreanos, transportaban estiércol, colillas, restos de tela, papel usado y plásticos.
Seúl acusó a Pyongyang de lanzar los globos en su territorio, en lo que ha sido la mayor cantidad de globos enviados por Corea del Norte a Corea del Sur en la historia. Esta campaña de «ojo por ojo», como la han llamado las autoridades norcoreanas, se produjo en respuesta al envío de 300.000 folletos por parte del desertor norcoreano y jefe de FFFNK, Park Sang-hak, a principios de mayo.
En respuesta, Corea del Sur ha advertido que adoptará medidas «insoportables» contra el Norte, incluyendo la reanudación de emisiones por megafonía a lo largo de la frontera, una acción que no ha llevado a cabo en los últimos seis años. El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, prometió proteger a la población mediante una sólida preparación militar.
Este reciente intercambio de globos ha coincidido con intentos de interferencia por parte de Pyongyang en las señales GPS de Corea del Sur cerca de la frontera marítima occidental y la simulación de ataques nucleares contra su vecino. Estas acciones han llevado a Seúl a suspender el pacto intercoreano de reducción de tensiones, firmado en 2018, y a anunciar que está dispuesta a reanudar los ejercicios de artillería cerca de la Línea de Demarcación Militar y las islas fronterizas noroccidentales.
Los globos lanzados por ambos lados de la frontera son una táctica de guerra psicológica que se utiliza para influir en las percepciones y actitudes del público objetivo. Los globos pueden llevar folletos, dinero, bienes de consumo y, en algunos casos, dispositivos con contenido audiovisual. Los folletos suelen contener propaganda política o religiosa, y a menudo se utilizan para criticar a los líderes del país objetivo.
La guerra de globos entre las dos Coreas ha aumentado las tensiones en la península, que ya estaba en un estado de alta alerta debido a las pruebas nucleares y de misiles de Corea del Norte. El aumento de las tensiones ha llevado a ambos lados a adoptar medidas de seguridad más estrictas y a prepararse para posibles conflictos.
Mientras Corea del Norte ha suspendido temporalmente su campaña de «contramedidas», ha advertido que si los activistas surcoreanos envían nuevamente propaganda hacia Pyongyang, volverán a lanzar «una cantidad de porquería cientos de veces superior a la de los panfletos que se encuentren».
Por su parte, los activistas surcoreanos, liderados por desertores norcoreanos, han prometido seguir enviando globos hasta que el propio Kim Jong-un se disculpe. Estos activistas, a pesar de las amenazas de Corea del Norte, continúan utilizando los globos como una forma de resistencia contra el régimen de Pyongyang y para informar al pueblo norcoreano sobre la realidad de la vida fuera de su país.
La guerra de globos entre Corea del Norte y Corea del Sur es una manifestación de la continua hostilidad entre los dos países. A pesar de los intentos de diálogo y las promesas de paz, las tensiones entre las dos naciones siguen siendo altas, y cualquier incidente, incluso algo tan aparentemente menor como el lanzamiento de globos, puede ser una chispa que encienda un conflicto más amplio.
