La Pampilla: Una tradición de siglos que perdura en el corazón de Coquimbo

La Pampilla: tradición centenaria que vive en el alma de Coquimbo

La Pampilla de Coquimbo es una festividad que ha crecido en popularidad a lo largo de los años, hasta convertirse en la fiesta más grande de Chile. Cada año, durante las celebraciones patrias, miles de personas de distintos puntos del país se reúnen en este recinto que se transforma en una verdadera ciudad efímera. En este artículo, exploraremos los orígenes de esta tradición, su evolución a lo largo del tiempo, y algunos de los hitos y desafíos que ha enfrentado en su historia.

Esta festividad, que ha trascendido generaciones y es ahora una tradición familiar para muchos chilenos, ha enfrentado varias dificultades en los últimos diez años. En cuatro ocasiones, se ha tenido que posponer la fiesta. En 2015, un terremoto de 8.4 grados en la escala de Richter, seguido de un tsunami, interrumpió la ceremonia de inauguración y causó daños severos en la ciudad que impidieron su realización.

Luego, debido a la pandemia del COVID-19, la fiesta se suspendió por tres años consecutivos, desde 2020 hasta 2022. Sin embargo, en 2023, volvió a celebrarse con gran éxito, atrayendo a más de 700,000 visitantes en sus cinco días de duración.

Los orígenes de La Pampilla de Coquimbo se rastrean hasta la época de la independencia de Chile. Dos teorías explican su inicio. La primera, afirma que la fiesta comenzó después de una victoria local contra Bartolomé Sharp, un famoso corsario cuyos ataques a las costas de Coquimbo habían causado estragos. La victoria se habría conseguido el 20 de septiembre de 1680, y se celebró con una gran fiesta que se mantuvo a lo largo de los años.

La segunda teoría, que es la más aceptada por los historiadores, sostiene que la fiesta se originó en 1810, para celebrar la instalación de la Primera Junta Nacional de Gobierno. A pesar de que este hecho histórico ocurrió el 18 de septiembre, la noticia no llegó a Coquimbo hasta el 20 de septiembre. Para celebrarlo, los habitantes se reunieron en los terrenos de La Pampilla, donde celebraron con cuecas y chicha.

En 1864, con la creación del Departamento de Coquimbo, los terrenos de La Pampilla, propiedad de Francisco Iñiguez y conocidos como “la Serranía”, se convirtieron en el lugar donde la brigada cívica de artillería realizaba sus prácticas militares. Estos ejercicios atraían a cientos de personas, que concurrían a las celebraciones patrias.

A partir de entonces, la tradición de reunirse en La Pampilla cada septiembre para celebrar las Fiestas Patrias se consolidó. Actividades como carreras planas, competencias de ensacado, carreras en tres pies, el palo ensebado y el volantín siempre estuvieron presentes para el disfrute de la población.

En 1960, el municipio arrendó el recinto con el objetivo de organizar las actividades de las Fiestas Patrias, lo que atrajo a aún más personas. Además, los habitantes se movilizaron para proteger el recinto cuando la explotación de las “conchuelas” comenzó a deteriorar el terreno.

Años más tarde, el Club de Leones tomó el control de la celebración, utilizando los ingresos generados para adquirir el recinto. En 1980, el municipio retomó el control de la organización de manera definitiva, dando inicio a una era de crecimiento y expansión para la fiesta.

El término Pampilla proviene del quechua “Pampa”, que se refiere al piso de una casa o una extensión de suelo desnudo o cubierto de hierba. Con la castellanización, se llegó a Pampilla, término que se utiliza para referirse al recinto de Coquimbo.

La Pampilla de Coquimbo ha albergado más de 500 shows a lo largo de su historia, con artistas internacionales como Raphael, Marco Antonio Solis, Ana Gabriel, Emmanuel, Pimpinela, el “Puma” Rodríguez, Vicentico, Juanes, Los Auténticos Decadentes, Tito el Bambino, Sandy & Papo, Prince Royce y Daddy Yankee. Artistas chilenos como Los Tres, Illapu, Cami, Los Jaivas, Lucho Jara y Santaferia también han estado presentes, así como los favoritos locales, Los Viking´5.

Cada año, La Pampilla de Coquimbo continúa creciendo y atrayendo a más visitantes, consolidándose como un reflejo de la cultura local y uno de los espectáculos artísticos más grandes del país. A pesar de los desafíos que ha enfrentado, esta festividad ha demostrado su resiliencia y sigue siendo un punto de encuentro y tradición para los habitantes de Coquimbo y de todo Chile.

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