Este deportivo francés, inspirado en el Alpine A110, pasa del papel a la carretera: una joya desconocida.

De la prensa a la carretera, este es el desconocido deportivo francés inspirado en el Alpine A110

El mundo del automovilismo es un universo lleno de historias fascinantes, anécdotas y personajes interesantes. Uno de ellos es Michel Hommell, un personaje cuyo apellido puede sonar familiar a los fanáticos de los rallyes y la revista francesa Échappement. Sin embargo, lo que muchos podrían no saber es que Hommell, además de ser un ex piloto de carreras y propietario de la revista, también tuvo su propia marca de automóviles en la década de 1990 y principios del nuevo milenio.

Hommell debutó en la industria automotriz con el Berlinette, un pequeño biplaza que creó junto con otros empleados de su revista. El Berlinette se exhibió por primera vez en el Salón de Ginebra de 1994. Inspirado en el Alpine A110, el vehículo contaba con un motor del Peugeot 405 Mi 16 y una caja de cambios de seis velocidades. Su diseño incluía un chasis tubular de acero y una suspensión independiente en ambos ejes. La carrocería del Berlinette estaba hecha de poliéster, un guiño a los autos deportivos puristas de los años sesenta. Una edición posterior del Berlinette presentó una versión barqueta, sin parabrisas y con un arco antivuelco.

Más adelante, el Berlinette se transformó en el Berlinette RS. Este nuevo modelo presentó cambios en los faros traseros y delanteros, así como una actualización en su motor, que ahora provenía del Peugeot 306 S16, proporcionando alrededor de 165 caballos de fuerza. El RS seguía siendo un vehículo de tracción trasera con una caja de cambios de seis velocidades.

Al entrar en el nuevo milenio, Hommell presentó el Berlinette RS2, el modelo final de la serie Berlinette y, en efecto, el último modelo de la marca Hommell. El RS2 mantuvo la estética del RS, con faros dobles redondos tanto en la parte delantera como en la trasera. Sin embargo, su mecánica experimentó una mejora significativa, llegando a casi 200 caballos de fuerza y 216 Nm de par motor. Con un peso de solo 1.027 kilogramos, el RS2 ofrecía una experiencia de conducción emocionante, alcanzando una velocidad máxima de 233 kilómetros por hora.

Hommell también experimentó con otros diseños, incluyendo una unidad del Berlinette barqueta para competición y un prototipo con un cuerpo diseñado por Sbarro. Este último presentaba faros normales triangulares y faros escamoteables, y era más redondeado que el Berlinette normal.

A pesar de su pasión por los automóviles y su contribución a la industria, la historia de Hommell no termina con éxito económico, sino con las dificultades de homologar coches nuevos en Francia. En lugar de luchar contra la burocracia, Hommell decidió que su sueño ya se había hecho realidad y optó por retirarse, guardando sus Berlinettes en su museo, la Manoir de l’Automobile, en Loheac, en la región de Bretaña, al noroeste de Francia.

Incluso hubo interés por parte de un consorcio chino en comprar la firma Hommell, pero Hommell rechazó la oferta. A pesar de las dificultades, el legado de Hommell continúa vivo en Bretaña, recordándonos la pasión y dedicación que se necesita para crear algo realmente único en la industria del automóvil.

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