El reciente anuncio del Ministerio de Educación sobre el retorno de las clases presenciales para el 1 de marzo del 2021 en todo el país ha generado un debate en la sociedad. La vuelta a las aulas se dará siempre que las condiciones sanitarias lo permitan. Sin embargo, esta decisión ha reavivado la discusión sobre la modalidad de enseñanza a implementar en el próximo año escolar.
Algunas unidades educativas y sostenedores habían expresado su intención de establecer un sistema híbrido, que combina actividades presenciales y remotas. Esta posición también es defendida por algunos profesores y padres de colegios técnicos de la región, especialmente de aquellos que no cuentan con infraestructuras que permitan mantener la distancia física entre los estudiantes. Además, un segmento de la comunidad defiende la continuidad de las clases a distancia para reducir las posibilidades de contagio a cero.
El presidente del Colegio de Profesores de Coquimbo, Tomás Alvarado, señaló que la medida es “totalmente riesgosa, porque los médicos han señalado que se espera una nueva ola de contagios a partir de marzo». Alvarado también hizo referencia a un reciente caso en un colegio de San Felipe, donde tuvieron que cerrar el recinto por un estudiante contagiado. «Aún hay tiempo de que los padres vean lo peligroso que es y que ellos asuman la postura de la modalidad que se necesita”, agregó Alvarado.
Además, Alvarado señaló que la planificación del calendario escolar 2021 que se envió a las comunidades educativas «no considera a los profesores en su creación». Abogó por un retorno gradual a las aulas y enfatizó la necesidad de garantizar todas las condiciones sanitarias para desarrollar un trabajo presencial seguro.
Mario Sánchez, representante del gremio en La Serena, declaró que no se volverá a las aulas a menos que existan las condiciones sanitarias reales. Sánchez destacó que el gremio rechaza los dichos del ministro, especialmente porque los docentes tendrían que ingresar días antes del inicio de las clases, alrededor del 22 de febrero. «Legalmente un gran número de colegas no podrían hacerlo», argumentó.
En la Provincia de Limarí, la postura del gremio de docentes es similar a la realidad en la región. El representante gremial, Rogelio Pizarro, manifestó que la única forma de retomar las clases en las escuelas es garantizando el cien por ciento de las medidas sanitarias, lo que solo es factible cuando haya una vacuna. “Hemos visto la realidad en Europa y en algunas comunas del país donde se han presentado contagios y las escuelas han debido cerrar sus puertas. Ese escenario perfectamente puede repetirse en nuestra zona”, expresó Pizarro.
En cuanto a la instauración de un sistema mixto, Pizarro sostuvo que es un tema difícil, ya que implica un cambio en la modalidad de los contratos y debe ser de común acuerdo, como establece la ley.
El debate también se traslada a los padres y apoderados, quienes reconocen la necesidad de las actividades presenciales, pero defienden la idea de resguardar la salud de los estudiantes. Hernán Campusano, presidente del Centro de Padres y Apoderados del Liceo Politécnico de Ovalle, comentó que aún no se puede entregar una opinión general de los apoderados. «Este año nos oponíamos al reingreso cuando se intentó, porque estábamos en una fase compleja y no podíamos exponerlos», recordó Campusano.
El panorama en las escuelas, colegios y liceos es que los contenidos planificados para el 2020 no fueron alcanzados por todos los estudiantes, debido a la complejidad de la modalidad remota. Este escenario es especialmente crítico para aquellos padres que debieron compatibilizar el teletrabajo, las labores del hogar, y el refuerzo y ayuda con los contenidos escolares.
Según lo detallado por el Ministerio de Educación, para el reingreso a clases el próximo 1 de marzo, cada unidad educativa tendrá la responsabilidad de diseñar su plan de retorno, en el cual se deben considerar los protocolos dispuestos por la autoridad sanitaria. La fecha límite de entrega es el 8 de enero. Además, los establecimientos deberán contar con un plan de funcionamiento versátil que esté preparado para enfrentar los cambios que pudiera ocasionar la pandemia.