El sur de Brasil se encuentra en estado de emergencia tras las devastadoras inundaciones causadas por las fuertes lluvias, que han dejado al menos un centenar de muertos y 1,5 millones de damnificados. La Defensa Civil ha contabilizado hasta el momento 131 desaparecidos y 362 heridos a raíz de las inundaciones y precipitaciones sin precedentes que han afectado principalmente al estado de Rio Grande do Sul.
Hasta la fecha, 401 municipios se han visto afectados. Eduardo Leite, gobernador de Río Grande do Sul, describió en una rueda de prensa que prácticamente todo el estado ha sido afectado por las lluvias. Las autoridades están en alerta ante el anuncio de nuevos temporales a partir de este miércoles, que serán más fuertes entre el viernes y el domingo. Se están preparando medidas de contingencia para enfrentar la crisis.
Según el Instituto Nacional de Meteorología (INMET), se esperan fuertes lluvias y tormentas en los próximos días en el área más austral del estado de Rio Grande do Sul, en toda la zona fronteriza con Uruguay, debido a la llegada de un frente frío.
El gobernador Leite hizo un llamado a los habitantes de los municipios ya afectados para que permanezcan en los albergues hasta que las autoridades confirmen que es seguro regresar a sus hogares. Advirtió que las nuevas precipitaciones tendrán incidencia en varios municipios y en la zona metropolitana de la capital, Porto Alegre, donde se prevén deslizamientos.
Rio Grande do Sul ha sido el estado de Brasil más afectado por las lluvias, registrando al menos 95 víctimas mortales. Por otro lado, el vecino estado de Santa Catarina registró un fallecimiento.
En total, ya son 1,5 millones de personas las que sufren la falta de alimentos, medicinas y servicios básicos como luz y energía. De estos, unas 160.000 personas están refugiadas en casas de amigos o familiares y otras 48.799 en albergues improvisados por las autoridades.
Las inundaciones también afectaron a al menos 80 comunidades indígenas. Según la estatal Fundación Nacional del Indio (Funai), 1.846 familias indígenas fueron afectadas directamente por las inundaciones y otras 5.415 indirectamente, principalmente de las etnias kaingang y charrúa. Varias de estas familias tuvieron que abandonar sus comunidades para huir de las inundaciones.
Brasil también planea importar un millón de toneladas de arroz para compensar los daños causados a la cosecha por las inundaciones. El ministro de Agricultura, Carlos Fávaro, indicó que se está preparando un decreto para autorizar la importación de arroz con el fin de garantizar el abastecimiento e impedir la subida de los precios.
Rio Grande do Sul es responsable del 68 % de la producción nacional de arroz, con cerca de 10,2 millones de toneladas anuales. La Federación de Agricultura de Rio Grande do Sul (Farsul) informó que las lluvias y las inundaciones han causado daños en los campos donde todavía estaba en curso la cosecha y en los silos donde se almacenaba el grano.