El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en medio de tensiones por crímenes cometidos en Chile por venezolanos, ha enviado un mensaje al presidente chileno, Gabriel Boric, solicitando un diálogo para abordar la lucha contra el crimen organizado. Este gesto podría marcar un cambio significativo en las relaciones entre ambos países, especialmente después de las llamadas de ciertos sectores políticos de Chile para romper los lazos con Venezuela.
El escenario de tensión se ha incrementado en Chile debido a la huida a Venezuela de dos presuntos responsables del secuestro y asesinato del exmilitar venezolano Ronald Ojeda, quien se había refugiado en Chile. Además, se suma el caso de otros criminales venezolanos detenidos por el asesinato de Mayor de Carabineros Emmanuel Sánchez. Todo esto ha despertado cuestionamientos sobre el efectivo funcionamiento de un acuerdo de seguridad entre Chile y Venezuela.
Maduro, expresó públicamente su disposición a dialogar con Boric sobre estos temas delicados. «Dialoguemos, conversemos y busquemos las vías para combatir a los grupos criminales», dijo el presidente venezolano. Este llamado se realizó en medio de la confusión existente en las relaciones entre ambos países, especialmente en lo que respecta a la colaboración para combatir el crimen organizado.
El presidente Maduro ha enfatizado su interés en la cooperación, el respeto y el no intervencionismo: “Aquí lo que se impone es la cooperación, el respeto, el no intervencionismo, yo no me meto en los asuntos internos de Chile, nunca me he metido, nadie debe meterse en los asuntos internos de Venezuela, con respeto con diálogo, con comunicación son muchas cosas que se pueden lograr”.
Además, Maduro reconoció la existencia del Tren de Aragua y sus acciones criminales, días después de que el Canciller de Venezuela, Yván Gil, negara la existencia de este cartel del crimen organizado. Maduro apuntó a la derecha chilena, incluyendo al recientemente fallecido expresidente Sebastián Piñera, como los responsables de traer a estos criminales a Chile al apoyar una invasión a Venezuela en febrero de 2019.
Por su parte, el presidente chileno, Gabriel Boric, consideró las palabras de Maduro y respondió que «si es necesario hablar con el presidente Maduro, no tengo ningún problema, no hay ningún tipo de impedimento para aquello». Boric señaló la importancia de mantener el diálogo para resolver problemas y combatir el crimen internacional y transnacional, un problema que afecta a toda la región de América Latina.
Boric recibió bien las alusiones de su colega venezolano al Tren de Aragua, considerándolo un avance respecto a las afirmaciones previas del Canciller de Venezuela. Boric aprovechó la oportunidad para insistir en que Venezuela debe colaborar y entregar a los delincuentes que cometieron el asesinato del teniente Ojeda.
Las palabras de Maduro parecen indicar un cambio en la relación entre ambos países, especialmente considerando que los comentarios del presidente venezolano parecen ofrecer posibilidades de colaboración con Chile, lejos de la opción de romper relaciones. En este sentido, Boric afirmó que su papel como presidente es dialogar con quien sea necesario para encontrar justicia y combatir el crimen organizado.
Además, Maduro ofreció capacitaciones a las autoridades chilenas para implementar el modelo de los Cuadrantes de Paz, un sistema que promueve la cooperación entre la población, las fuerzas policiales, los municipios y los colectivos sociales. Este gesto puede indicar un avance en la implementación del acuerdo firmado en Caracas, que busca promover y mejorar la relación en términos de colaboración policial entre Chile y Venezuela.