A pesar de las preocupaciones crecientes sobre su aptitud para estar en el cargo más allá de los 80 años, el presidente estadounidense, Joe Biden, se mantiene firme en su intención de buscar la reelección. Durante una reciente reunión en la Casa Blanca con gobernadores demócratas, Biden, de 81 años, bromeó sobre su edad y su salud, afirmando que «Es solo mi cerebro».
Esta broma podría parecer arriesgada en un contexto donde tres de cada cuatro estadounidenses consideran que Biden es demasiado mayor para la reelección. El presidente, sin embargo, parece estar dispuesto a desafiar tanto a su reloj biológico como al político. A pesar de los desafíos y las críticas, Biden cree que aún tiene la energía y la capacidad para ganar las próximas elecciones presidenciales y gobernar hasta los 86 años.
Biden ha recibido el apoyo de figuras clave del Partido Demócrata, incluyendo a la vicepresidenta Kamala Harris y la primera dama, Jill Biden. Sin embargo, también ha enfrentado una creciente presión mediática, política y financiera para retirarse, destacando un titular del New York Times que sugería que Biden estaba considerando abandonar la carrera por la reelección. A esto, Biden respondió con firmeza, descartándolo por completo y criticando a los periodistas por subestimar sus posibilidades electorales.
En un mitin reciente en Madison, Wisconsin, Biden fue desafiante, declarando, «Me presento y voy a ganar otra vez». Su determinación se mantuvo firme incluso cuando se le preguntó si estaba considerando retirarse, a lo que respondió que no, señalando que los votantes habían elegido a él, y no a nadie más, como su candidato.
A pesar de los desafíos y las críticas, Biden ha mantenido una fachada de confianza, restándole importancia a las encuestas que muestran su baja popularidad y a su actuación en el reciente debate contra Donald Trump, describiéndolo como simplemente una «mala noche». En una entrevista con ABC News, Biden afirmó, «No creo que haya nadie más cualificado que yo para ser presidente o ganar esta carrera».
Biden también ha sido cuestionado sobre su agudeza mental, y si estaría dispuesto a someterse a pruebas neurológicas independientes para validar su capacidad cognitiva. A esto, Biden respondió que enfrenta una «prueba cognitiva» cada día en su papel como presidente, y que él no solo está haciendo campaña, sino también «dirigiendo el mundo».
La determinación de Biden de presentarse a la reelección puede estar influenciada por una serie de factores. Puede temer que el Partido Demócrata caiga en una lucha interna si renuncia, o puede tener dudas sobre la capacidad de Kamala Harris para vencer a Trump. Sin embargo, a pesar de su optimismo, el tiempo está contando. Con la Convención Demócrata a la vuelta de la esquina, donde se proclamarán formalmente sus candidatos a presidente y vicepresidente, y un segundo debate con Trump programado para septiembre, Biden tiene mucho en juego.
Las preocupaciones sobre la aptitud de Biden para el cargo no son nuevas. Incluso antes del debate en Atlanta, muchos votantes ya consideraban que Biden era demasiado mayor para ser reelegido. Además, un informe del fiscal especial que describía a Biden como «un simpático anciano bienintencionado con mala memoria» planteó preguntas sobre su capacidad, a pesar de exonerarlo por su manejo de documentos clasificados.
Estas preocupaciones son familiares para los estadounidenses. El ex presidente Ronald Reagan enfrentó dudas similares antes de ser elegido como el presidente de mayor edad hasta entonces. Reagan, que tenía 69 años en 1980, prometió que dimitiría si percibía un deterioro cognitivo grave durante su mandato. En su reelección en 1984, a pesar de tener 73 años y una mala actuación en el primer debate, Reagan logró convertir la cuestión de la edad en una broma, ganando aplausos y risas, y finalmente arrasó en la reelección.
A medida que se acercan las elecciones, Biden está decidido a seguir en la carrera y confía en su capacidad para ganar. Sin embargo, solo el tiempo dirá si su optimismo y determinación serán suficientes para superar las preocupaciones sobre su edad y aptitud para el cargo.