El líder del Partido Laborista en el Reino Unido, Keir Starmer, ha expresado su postura sobre uno de los temas más polémicos en la política británica en los últimos años: el Brexit. En un intento de clarificar su posición ante el electorado antes de las elecciones del 4 de julio, Starmer ha afirmado que no tiene intención de «reabrir el debate del Brexit», ya que cree que esto provocaría un «tumulto» en el país.
Durante un acto electoral en el sur de Londres, Starmer reiteró que el Reino Unido no se reincorporará a la Unión Europea (UE), ni se integrará al mercado único ni a la unión aduanera. Estas declaraciones parecen poner fin a cualquier especulación sobre un posible cambio de rumbo en la política del Brexit por parte del Partido Laborista, si Starmer llega al poder.
«No vamos a volver a la UE y no vamos a integrarnos en el mercado único ni en la unión aduanera», afirmó Starmer. «Volver a la UE no es parte de nuestro plan y nunca lo ha sido», añadió, intentando disipar cualquier duda sobre su postura y la de su partido en este asunto.
Para contextualizar su posición, el líder laborista recordó su participación en el referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la UE en 2016. «Yo voté por la permanencia e hice campaña por la permanencia», reconoció. Pero también recordó los tres años de «tumulto político» que siguieron al referéndum, durante los cuales el Parlamento británico quedó paralizado por la cuestión del Brexit.
«Aquello creó una enorme incertidumbre», destacó Starmer, haciendo referencia a las dificultades políticas y económicas que enfrentó el Reino Unido durante ese período. Según él, un intento de reabrir el debate del Brexit solo serviría para revivir esa incertidumbre, con efectos potencialmente destructivos para la economía y la estabilidad del país.
Estas declaraciones de Starmer se producen en respuesta a las afirmaciones de la secretaria de Comercio Exterior, Kemi Badenoch, una prominentes defensora del Brexit dentro del Partido Conservador. Badenoch había sugerido en una entrevista al periódico The Daily Telegraph que los laboristas planeaban dar marcha atrás en el Brexit y «copiar a la Unión Europea».
Pero a pesar de la firme negativa de Starmer a revisar el Brexit, las encuestas sugieren que una mayoría de británicos ahora cree que la salida de la UE ha perjudicado la economía del país. Según una encuesta de Opinium para The Observer, el 56% de los británicos opina que el Brexit ha sido malo para la economía y el 62% cree que ha provocado un aumento en el costo de la vida.
Además, un grupo de economistas ha advertido a Starmer que el crecimiento económico que promete no será posible sin una mayor integración en el mercado único de la UE o sin una relación comercial más estrecha con la UE. Esta advertencia plantea un dilema para Starmer: ¿Cómo puede equilibrar su compromiso con el Brexit y su promesa de impulsar la economía británica?
Aunque la posición de Starmer en el Brexit parece estar clara, aún queda por ver cómo manejará estas tensiones y cómo responderá a las preocupaciones de aquellos que creen que el Brexit ha perjudicado la economía británica. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, Starmer tendrá que navegar cuidadosamente estas aguas políticas turbulentas para ganarse la confianza de los votantes.