Francia ha logrado un triunfo significativo contra la extrema derecha en las recientes elecciones legislativas anticipadas. En un resultado sorprendente, el Nuevo Frente Popular (NFP) de la izquierda se ha alzado como el vencedor inesperado, gracias al cordón sanitario establecido por la izquierda y el centro del presidente Emmanuel Macron. Su victoria ha impedido que el Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen se alce con el triunfo.
Según las estimaciones del Instituto Ifop, el NFP ha logrado entre 187 y 198 diputados en la nueva Asamblea Nacional, superando los 153 que tenía anteriormente. Los macronistas de Ensemble (Juntos) quedarían en segunda posición, con entre 161 y 169 escaños, lo que representa una disminución significativa en comparación con los 250 que tenían en el anterior hemiciclo. Sin embargo, esto sigue representando un bloque sólido y decisivo para el futuro Gobierno. Por último, el RN de Le Pen, que partía como favorito después de ser el partido más votado en la primera vuelta hace una semana, se queda con entre 135 y 143 diputados.
Los resultados de las elecciones llegan como una sorpresa para muchos, especialmente después de la victoria del RN en las elecciones europeas del 9 de junio. Esta victoria llevó a Macron a disolver la Asamblea y adelantar las elecciones. Algunas proyecciones incluso situaban al partido de Le Pen cerca de la mayoría absoluta. Sin embargo, las expectativas no se cumplieron y la decepción es palpable para Le Pen y su delfín, Jordan Bardella, a quien quería designar como primer ministro.
Por otro lado, la mayoría de los franceses respiran aliviados por este resultado, ya que temían una extrema derecha en el poder. La participación en la segunda vuelta ha sido la más alta desde 1997, lo que refleja la importancia que los franceses le otorgaron a estas elecciones. Muchos veían en juego el futuro de Francia y temían un Gobierno en manos de la extrema derecha.
Aunque el NFP se alza como vencedor, no logra alcanzar la mayoría absoluta, lo que abre la posibilidad a una gran coalición entre la izquierda y el macronismo. La búsqueda de un primer ministro de consenso, posiblemente procedente de la izquierda moderada, pero con capacidad de sumar a centristas y a la derecha moderada, comenzará de inmediato.
No obstante, la cultura de la coalición no está muy arraigada en la V República de Francia. El país tendrá que aprender rápidamente a navegar en un escenario político basado en el consenso y la coalición. Las posiciones están alejadas entre la izquierda y el macronismo en la política económica, y existen resentimientos acumulados durante estos años. Además, hay divisiones profundas entre la izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon y la socialdemocracia que renace en estas elecciones.
A pesar de todo, existen posibles puntos de coincidencia entre esta izquierda más moderada y el macronismo, como en su postura proeuropea y en relación a Ucrania. Tras dos años de parálisis y polarización en la Asamblea Nacional, la gran coalición podría inclinar el Gobierno de Francia hacia políticas más progresistas.
Entre los nombres que se barajan para el cargo de primer ministro destacan el del eurodiputado socialdemócrata Raphaël Glucksmann, la ecologista Marine Tondelier y el veterano sindicalista Laurent Berger.
Finalmente, aunque el RN no ha logrado alcanzar las expectativas, ha logrado un avance considerable respecto a los 88 escaños que tenía desde 2022, señalando que la extrema derecha está para quedarse. Como dijo Le Pen, «la marea sigue subiendo» y «lo único que ha ocurrido es que nuestra victoria se ha aplazado».