La próxima semana, los miembros de la OTAN tienen planeado comprometerse a seguir apoyando a Ucrania con armas y municiones al nivel actual durante al menos un año más. Esta decisión se toma con la esperanza de tranquilizar a Ucrania, mostrando al presidente ruso Vladimir Putin que no tienen intención de abandonar a este país en conflicto.
El compromiso se tomará durante una cumbre de tres días en Washington, en la que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y sus homólogos conmemorarán el 75to aniversario de la alianza militar. La cumbre se llevará a cabo en un momento en que las tropas rusas continúan aprovechando su ventaja en el frente oriental de Ucrania.
Según el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, los 32 países miembros de la OTAN han gastado alrededor de 40.000 millones de euros (43.000 millones de dólares) cada año en equipo militar para Ucrania desde que comenzó la guerra en febrero de 2022. Stoltenberg espera que la cumbre decida mantener este nivel de apoyo durante el próximo año, con la cantidad repartida entre las naciones en función de su crecimiento económico.
A pesar de la desesperación de la OTAN por hacer más por Ucrania, la organización se encuentra con dificultades para encontrar nuevas formas de brindar apoyo. Los aliados de la OTAN ya proporcionan el 99% del apoyo militar que recibe Ucrania. Sin embargo, hay dos líneas que no se pueden cruzar: Ucrania no podrá unirse a la OTAN hasta que termine la guerra, y la OTAN no enviará tropas a Ucrania.
En su última cumbre, los miembros de la OTAN acordaron acelerar el proceso de adhesión de Ucrania y crear un órgano de alto nivel para consultas de emergencia. Varios países prometieron más equipamiento militar. No obstante, la incertidumbre sobre las elecciones inquieta a muchos de los miembros más importantes de la organización. Especialmente preocupante es el posible regreso de Donald Trump, cuya presidencia minó la confianza entre los aliados.
Desde Ucrania, se espera que la cumbre confirme de manera «irreversible» el futuro del país en la alianza. Oleksandr Merezhko, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del parlamento ucraniano, espera que el comunicado final de la cumbre declare sin ambigüedades que Ucrania se convertirá en miembro de la OTAN y que tendrá derecho a adherirse una vez que se den las circunstancias adecuadas.
Las esperanzas de Merezhko son compartidas por la viceprimera ministra, Olga Stefanishina, quien recientemente expresó su deseo de que la cumbre consolide la «irreversibilidad del rumbo euroatlántico» de Kiev. Stefanishina advierte del riesgo de mantener «ambigüedades verbales sobre la integración de Ucrania» y enfatiza que «las palabras importan».
En resumen, la próxima cumbre de la OTAN en Washington se presenta como un acontecimiento decisivo para el futuro de Ucrania. Los aliados de la OTAN deben tomar decisiones importantes con respecto a su nivel de apoyo, mientras que Ucrania busca confirmar su futuro en la alianza. Todo esto en un contexto de incertidumbre política y continua guerra. Se espera que las decisiones tomadas durante la cumbre tengan un impacto significativo en la evolución del conflicto ucraniano.
