El escenario electoral ideal para Trump: Un Biden debilitado insistiendo en mantenerse en la lucha | Elecciones USA

EL PAÍS

La política estadounidense se encuentra en un punto de inflexión crucial, marcado por la controversia y la rivalidad entre dos figuras políticas importantes: Donald Trump y Joe Biden. Desde el momento en que perdió las elecciones presidenciales en 2020, Trump ha estado en una cruzada incesante para desacreditar a Biden, a quien acusa de robarle la victoria electoral. A pesar de las afirmaciones infundadas de Trump, la tensión entre los dos políticos ha sido un hilo constante en la esfera política estadounidense durante los últimos tres años y medio.

Sin embargo, este ciclo aparentemente interminable de burlas y desprecio parece haber llegado a su fin después de que Biden fue derrotado en el debate del 27 de junio. Curiosamente, la derrota de Biden pareció marcar un cambio en la estrategia de Trump: en lugar de continuar con sus ataques, el ex presidente republicano ha dejado que Biden se desacredite a sí mismo, evitando las críticas públicas salvo por algunas excepciones en su red social.

La estrategia de Trump parece ser la de permitir que Biden, de 81 años, siga en la carrera presidencial, a pesar de las crecientes dudas sobre su idoneidad para el cargo. Trump ha estado relativamente silencioso en los medios de comunicación, concediendo entrevistas esporádicas y publicando mensajes en su plataforma Truth Social. Parece que está dejando que el Partido Demócrata haga el trabajo sucio de desgastar la imagen de Biden.

Sin embargo, Trump ha roto su silencio ante la posibilidad de que la vicepresidenta Kamala Harris pueda reemplazar a Biden como candidata presidencial. A pesar de su ventaja en las encuestas, Trump ha estado preparando un ataque preventivo contra Harris, criticándola por su enfoque liberal, su hostilidad hacia el mundo corporativo y su ineficacia en el control fronterizo.

Es importante destacar que una posible candidatura de Harris podría atraer a más mujeres votantes, que históricamente han votado en mayor proporción que los hombres. Harris es una defensora del derecho al aborto, una postura que benefició a los demócratas en las elecciones de medio mandato de 2022. Además, Harris, que tiene 59 años, proyecta una imagen de energía y vitalidad que contrasta con la de Trump y Biden, ambos en su octava década de vida.

Sin embargo, Trump ya ha lanzado su primer ataque contra Harris en las redes sociales, otorgándole el apodo de Laffin’ Kamala. Trump ha utilizado los apodos como forma de desacreditar a sus oponentes políticos en el pasado, lo que sugiere que se está tomando en serio a Harris como rival potencial.

El panorama político de EE. UU. podría complicarse aún más si Harris eligiera a un demócrata moderado como su compañero de fórmula. A menos de cuatro meses de las elecciones, muchos analistas creen que Trump intensificaría sus ataques contra Harris si ella eligiera un compañero de fórmula moderado de uno de los siete estados bisagra. Estos estados podrían inclinar el resultado de las elecciones en noviembre.

Las encuestas muestran que los votantes independientes y moderados prefieren a Harris sobre Trump, lo que podría representar un desafío para el ex presidente. Sin embargo, los asesores de Trump creen que Harris tendría más dificultades que Biden para atraer a los trabajadores no cualificados de los denominados estados del «muro azul».

Con las elecciones previstas para noviembre, el tiempo está corriendo para los demócratas, que deben reparar los daños causados por la actuación de Biden en el debate. Deben hacerlo antes de la convención del partido en agosto, para evitar dar más munición a Trump.

En este escenario de incertidumbre y rivalidad política, solo el tiempo dirá cómo se desarrollarán las cosas. Mientras tanto, el mundo observa con atención mientras Estados Unidos se prepara para una elección que podría definir el rumbo de la política estadounidense en los próximos años.

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