Persisten interrogantes sobre la efectividad del bombardeo de nubes y todavía no hay una fecha establecida.

¿Qué pasa con el bombardeo de nubes? Aún no hay fecha y persisten dudas de su efectividad

El Diario El Día informó recientemente que una propuesta está siendo gestionada por la Junta de Vigilancia del Río Elqui (JVRE) y la Corporación Paso de Agua Negra (CORPAN) para bombardear nubes en la provincia homónima. Esta novedosa iniciativa tiene como objetivo generar precipitaciones para combatir el complejo escenario hídrico que afecta a la Región de Coquimbo.

Según la JVRE, la propuesta aún está en trámite y a la espera de ser autorizada por el Ministerio de Salud en Santiago. Aunque se trata de un proyecto de carácter privado, cuenta con el respaldo del gobierno, en particular del Ministerio de Agricultura en la Región de Coquimbo.

Christian Álvarez, titular de este Ministerio, señaló que el gobierno apoya el proyecto ya que podría ser una solución para aumentar las precipitaciones y mejorar las condiciones productivas del sector silvoagropecuario.

Por otro lado, el presidente de la Junta de Vigilancia del Río Limarí (JVRL), José González, también se pronunció a favor de la iniciativa, destacando que cualquier acción que ayude a enfrentar la escasez hídrica será valorada.

Sin embargo, no todos están convencidos de la eficacia de este método. Tomás Caballero, meteorólogo del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), enfatizó la importancia de monitorear y evaluar la efectividad de este método a nivel regional.

La técnica propuesta, conocida como siembra de nubes, se lleva a cabo en diferentes partes del mundo desde hace tiempo. Esta técnica se basa en lanzar núcleos de condensación basados en yoduro de plata que producen que la humedad y las gotitas que están en las nubes tiendan a agruparse, crecer y precipitar.

Pero, a pesar de su base científica, no existe evidencia que respalde su eficacia en un 100%, según Caballero. Los resultados han sido bastante dispares, dependiendo mucho de las características locales, la región o las condiciones sinópticas.

Caballero advirtió que es crucial observar qué tipo de nubes existen cuando llega la precipitación, ya que algunas son más aptas para este mecanismo que otras. En resumen, es un método que podría funcionar o podría no hacerlo, dependiendo de múltiples factores.

A pesar de las dudas, esta propuesta representa un esfuerzo innovador para afrontar la escasez de agua en la Región de Coquimbo. Si se aprueba, podría ofrecer un camino para aliviar la presión sobre los recursos hídricos de la región y mejorar las condiciones para agricultores, crianceros y apicultores.

Este proyecto destaca la importancia de explorar nuevas soluciones y técnicas para enfrentar los desafíos ambientales, como la escasez de agua. Aunque la efectividad de la siembra de nubes aún se debate, la propuesta muestra la voluntad de experimentar con soluciones novedosas para lidiar con los problemas de agua en la Región de Coquimbo y más allá.

En un contexto de cambio climático y escasez de agua cada vez más grave, este tipo de iniciativas pueden ser vitales para garantizar la sostenibilidad de los recursos hídricos. La siembra de nubes puede no ser una solución perfecta, pero podría ser un paso en la dirección correcta hacia la gestión más sostenible y eficiente del agua.

A medida que la crisis hídrica continúa, es fundamental que se sigan explorando y probando nuevas soluciones. La propuesta de la JVRE y CORPAN es un ejemplo de cómo la innovación puede jugar un papel crucial en la lucha contra la escasez de agua. Solo el tiempo dirá si esta propuesta particular será efectiva, pero independientemente del resultado, es un recordatorio de que la creatividad y la innovación son esenciales en la búsqueda de soluciones sostenibles para nuestros desafíos ambientales.

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