En las últimas semanas, el Banco Central Europeo (BCE) ha estado preparando el terreno para posiblemente comenzar a recortar los tipos de interés a partir de junio. Esto se ha reflejado incluso en las actas de su última reunión, lo que ha desestimado cualquier movimiento en este sentido para el mes de abril. Este próximo encuentro es visto por el mercado como «el preludio de otro punto de inflexión».
Las actas de la reunión de marzo del BCE han confirmado la opinión de que la reunión de esta semana parece el preludio de otro punto de inflexión para la política monetaria en la eurozona. Según los analistas de ING, es muy poco probable que se produzca un recorte de tipos en abril.
Como destacan, la inflación real sigue por encima del objetivo y la inflación de los servicios sigue siendo demasiado alta. Además, el BCE no dará fácilmente el visto bueno a la inflación. Por eso esperan que la decisión se tome hasta junio, cuando se dispondrá de un lote completo de datos importantes: una nueva ronda de previsiones del personal técnico del BCE, datos sobre el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) y de los salarios para el primer trimestre de 2024 y resultados de la Encuesta de Crédito Bancario.
La comunicación que elija el BCE en la rueda de prensa tiene tres opciones potenciales. La primera de ellas es retomar los comentarios de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la última reunión cuando dijo que el banco estaba «confiado» pero «no lo suficiente» en que la inflación está cayendo nuevamente hacia el 2%.
La segunda opción sería imitar la comunicación que utilizó el BCE antes de la primera subida de tipos. En junio de 2022, utilizó una comunicación, simplemente anunciando previamente una subida en la próxima reunión afirmando que el BCE «tiene la intención de subir los tipos en 25 puntos básicos» en la próxima reunión.
La tercera opción sería una versión más suave del enfoque, que sería condicionar un poco más las intenciones, por ejemplo, afirmando que el BCE tiene intención de subir los tipos en la reunión de junio si los datos entrantes confirman un mayor alivio de las presiones inflacionarias.
Por otro lado, los expertos de Danske Bank esperan que el organismo europeo exponga la conclusión clave de que el BCE está en camino de implementar un recorte de tipos en junio. Esperan que el BCE incluya una frase como «una intención de recortar los tipos en junio en 25 puntos básicos, siempre que continúe el proceso desinflacionario».
Sin embargo, más allá de junio, no esperan que el BCE proporcione orientación sobre el ritmo de los recortes de tipos, ya que las presiones sobre los precios internos siguen ahí. De hecho, creen que es probable que se siga haciendo hincapié en el enfoque reunión por reunión.
En cuanto a la cuestión de si el BCE podría recortar los tipos antes que la Reserva Federal de EEUU (Fed), creen que es una discusión exagerada, ya que ambos bancos centrales están aplicando políticas monetarias independientes y, como tal, el BCE podría recortar los tipos antes y más rápido. En el corto plazo, el BCE podría aplicar «fácilmente» un par de recortes de tipos incluso si la Fed se mantiene en suspenso.
En Rabobank, también se inclinan por este escenario y consideran que es poco probable que se produzca un recorte de tipos en este momento. Esperan que Lagarde indique que es muy probable un primer recorte en junio. A su parecer, los datos económicos todavía no son muy buenos, pero tampoco terribles, por lo que el BCE puede permitirse el lujo de esperar hasta junio.
Dadas las incógnitas que persisten, el BCE probablemente quiera adoptar un enfoque cauteloso ante los recortes. Así pues, mientras el Consejo se prepara para un primer recorte de tipos, el desafío es gestionar las expectativas del mercado sobre el siguiente ciclo de flexibilización.
Según Oxford Economics, el BCE puede embarcarse en un ciclo de flexibilización y recortar los tipos de interés en 25 puntos básicos en cada reunión posterior de este año, lo que representa 125 puntos básicos de recortes para fin de año. Por otro lado, en Berenberg vaticinan que el BCE reducirá su tasa de depósito al 2,5% para mediados de 2025. En 2026, sin embargo, el repunte esperado de la inflación por encima del objetivo de medio plazo del 2% probablemente obligará al BCE a volver a un tipo más neutral del 3%.