EL PAÍS


Un nuevo choque entre buques de China y Filipinas aviva la disputa en el mar del Sur


El mar del Sur de China, una región conocida por su importancia estratégica y sus riquezas naturales, ha sido una vez más escenario de tensiones. Un reciente incidente entre buques de China y Filipinas ha intensificado una disputa que lleva años en desarrollo, con implicaciones no solo para los países directamente involucrados, sino para toda la comunidad internacional.



Contexto del conflicto


El mar del Sur de China es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, y se estima que por él transita aproximadamente un tercio del comercio global. Además, la región es rica en recursos naturales, incluyendo grandes reservas de petróleo y gas, así como abundantes caladeros de pesca. Estas características han convertido al mar del Sur de China en un punto focal de disputas territoriales entre varios países, incluyendo China, Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunei y Taiwán.



Detalles del incidente reciente


El último incidente tuvo lugar cuando un buque de la Guardia Costera de Filipinas y un barco de pesca chino colisionaron en una zona disputada del mar del Sur de China. Según informes preliminares, el choque no resultó en víctimas mortales, pero sí en daños materiales a ambas embarcaciones. Las circunstancias exactas del incidente aún están siendo investigadas, y tanto Manila como Pekín han emitido declaraciones contradictorias sobre el evento.



Reacciones desde Manila y Pekín


En respuesta al incidente, el gobierno filipino ha condenado lo que describe como «acciones agresivas» por parte de China, y ha reafirmado su compromiso de defender su soberanía territorial. Funcionarios filipinos han señalado que el incidente subraya la necesidad de una presencia militar reforzada en la región, y han pedido apoyo a sus aliados internacionales, incluyendo a Estados Unidos.



Por su parte, China ha responsabilizado a Filipinas del choque, argumentando que el buque filipino estaba operando ilegalmente en aguas chinas. Pekín ha reiterado su reclamación de soberanía sobre casi todo el mar del Sur de China, basándose en la llamada «línea de nueve puntos», una demarcación que ha sido rechazada por un tribunal internacional en 2016. China ha instado a Filipinas a abstenerse de cualquier acción que pueda «exacerbar las tensiones» en la región.



Implicaciones legales y diplomáticas


El incidente ha renovado el foco sobre el fallo de 2016 del Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya, que determinó que las reclamaciones de China sobre la mayor parte del mar del Sur de China no tenían base legal. A pesar de esta decisión, China ha continuado con la construcción de instalaciones militares en islas artificiales y ha mantenido una presencia naval robusta en la región.



El choque también pone de relieve la importancia de la diplomacia multilateral en la resolución de disputas territoriales. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) ha intentado mediar en el conflicto, pero los avances han sido limitados. El reciente incidente podría servir como un catalizador para renovar los esfuerzos diplomáticos en busca de una solución pacífica.



Reacciones internacionales


La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación al incidente. Estados Unidos, que tiene un tratado de defensa mutua con Filipinas, ha reiterado su compromiso de apoyar a Manila en caso de un conflicto armado. Washington ha condenado las «acciones coercitivas» de China y ha llamado a una resolución pacífica de la disputa.



Otros actores internacionales, incluidos Japón, Australia y la Unión Europea, también han expresado su preocupación por las crecientes tensiones en el mar del Sur de China. Estos países han subrayado la importancia de mantener la libertad de navegación y el respeto al derecho internacional en la región.



Posibles escenarios futuros


El futuro de la disputa en el mar del Sur de China permanece incierto. Si bien es poco probable que el reciente incidente desencadene un conflicto armado a gran escala, sí aumenta el riesgo de confrontaciones futuras. La región seguirá siendo un punto caliente estratégico, y la posibilidad de nuevos choques entre buques no puede ser descartada.



Para evitar una escalada, es crucial que los países involucrados vuelvan a la mesa de negociaciones y trabajen hacia una solución diplomática. La cooperación internacional y el respeto al derecho internacional serán fundamentales para garantizar la estabilidad y la paz en el mar del Sur de China.



Conclusión


El reciente choque entre buques de China y Filipinas es un recordatorio de las tensiones persistentes en el mar del Sur de China. Este incidente subraya la necesidad de una diplomacia activa y de esfuerzos concertados para evitar una escalada de conflictos. La comunidad internacional deberá seguir de cerca los desarrollos en esta región crítica, ya que sus implicaciones van más allá de los actores directamente involucrados y afectan la estabilidad y la seguridad globales.


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