Christina Morina: “Que los conservadores moderados den espacio a los ultras abre la puerta a abolir la democracia”
En una reciente entrevista, la historiadora Christina Morina ha lanzado una advertencia contundente sobre la actual situación política en Europa y otras partes del mundo. Según Morina, la complacencia de los conservadores moderados hacia las fuerzas ultraderechistas podría tener consecuencias catastróficas para la democracia.
La historiadora, conocida por sus estudios sobre el nazismo y el autoritarismo, argumenta que la historia ha demostrado repetidamente que cuando los conservadores moderados permiten que los extremistas ganen terreno, se pone en riesgo la estabilidad democrática. Este fenómeno, señala, no es exclusivo de una región o época, sino que es una constante que puede observarse en diferentes contextos históricos.
Morina subraya que los conservadores moderados a menudo ven a los ultras como aliados temporales o útiles para alcanzar ciertos objetivos políticos a corto plazo. Sin embargo, advierte que esta estrategia es peligrosa y miope. “Cuando los moderados ceden espacio a los extremistas, estos últimos no solo ganan legitimidad, sino también una plataforma para difundir sus ideologías radicales”, explica.
Un ejemplo claro de esta dinámica, según Morina, es la Alemania de la década de 1930. Los conservadores de la época subestimaron el peligro que representaba Adolf Hitler y su partido nazi, creyendo que podrían controlarlos y utilizarlos para sus propios fines. El resultado fue la consolidación de un régimen totalitario que llevó al mundo a la Segunda Guerra Mundial y al Holocausto.
La historiadora también menciona otros casos en los que la alianza entre moderados y extremistas ha tenido consecuencias nefastas. Entre ellos, cita el ascenso de regímenes autoritarios en América Latina durante el siglo XX y la reciente oleada de populismo en Europa y Estados Unidos. En todos estos casos, los conservadores moderados contribuyeron, directa o indirectamente, a la erosión de las instituciones democráticas.
Morina enfatiza que la defensa de la democracia requiere un compromiso firme e inquebrantable con los valores democráticos. Esto implica rechazar cualquier forma de colaboración con fuerzas que promuevan el autoritarismo, la xenofobia o el odio. “La democracia no puede ser una moneda de cambio en juegos políticos cortoplacistas”, afirma.
En la entrevista, Morina también aborda la responsabilidad de los ciudadanos en la protección de la democracia. “No podemos dejar que la complacencia o el desinterés nos hagan ignorar las amenazas a nuestras libertades”, dice. “Es fundamental que cada uno de nosotros se involucre en la vida política y defienda activamente los principios democráticos”.
La historiadora concluye con un llamado a la acción: “Debemos aprender de la historia y no repetir los errores del pasado. La democracia es un bien precioso que requiere vigilancia constante y un compromiso decidido por parte de todos”.
En resumen, Christina Morina nos recuerda que la democracia no es un estado garantizado, sino un proceso continuo que necesita ser defendido y reforzado constantemente. Los conservadores moderados tienen una responsabilidad especial en esta tarea, ya que su postura y decisiones pueden ser cruciales para el mantenimiento o la erosión de los valores democráticos. En un momento en que el autoritarismo y el extremismo parecen estar en auge, las palabras de Morina resuenan con particular urgencia y relevancia.
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