En un intento por rescatar su campaña electoral agitada, el primer ministro británico, Rishi Sunak, recurrió al espíritu de la ex primera ministra conservadora Margaret Thatcher al presentar su programa político. El manifiesto, que marca un momento crucial en las elecciones del Reino Unido, promete bajar los impuestos, ofrecer ayudas para la compra de viviendas, recortar la asistencia social y atacar sin cesar las propuestas «socialistas» de sus rivales.
En su discurso, Sunak afirmó: “Somos el partido de Margaret Thatcher y Nigel Lawson [el ministro de Economía que la acompañó]. Un partido que, al contrario que los laboristas, cree en la gestión saludable del dinero». Aseguró que todas las propuestas presentadas cuentan con un soporte financiero y que la reducción de impuestos será posible gracias a la limitación de las «subidas insostenibles de las ayudas sociales a aquellos en edad de trabajar».
A pesar de la disciplina y la determinación de Sunak, su habilidad para aprovechar las oportunidades políticas en campaña ha sido cuestionada. El Partido Conservador presentó el manifiesto en el circuito de Silverstone, el más antiguo de la Fórmula 1, con la esperanza de dejar atrás los errores acumulados durante la campaña.
Los dos años de mandato de Sunak han estado marcados por tensiones entre los diputados conservadores, que exigían una bajada de impuestos para sobrevivir políticamente, y la necesidad de rigurosidad presupuestaria y fiscal para recuperarse de la crisis económica y de reputación provocada por su antecesora, Liz Truss.
Con una economía que muestra signos de recuperación, Sunak y su ministro de Economía, Jeremy Hunt, han buscado oportunidades para recortar los impuestos. Se prometen rebajas fiscales de hasta 20.000 millones de euros y Sunak asegura que las cuentas cuadran.
Una sorpresa ha sido la promesa a los autónomos, a quienes se les prometió que prácticamente dejarán de pagar cotizaciones a la Seguridad Social. Además, el programa incluye el compromiso de eliminar el impuesto sobre la renta de los pensionistas y de mejorar las condiciones fiscales de aquellos ciudadanos que reciben ayudas por hijos.
En respuesta a la crisis de la vivienda en el Reino Unido, Sunak promete construir 1,6 millones más de residencias, eliminar el impuesto de compraventa de viviendas en las casas de hasta medio millón de euros, y ofrecer hasta 1.200 millones en ayudas a los primeros compradores.
Para financiar las bajadas de impuestos prometidas, Sunak planea recortar la asistencia social. Las medidas propuestas buscan reintegrar al mercado laboral a muchos ciudadanos que han alegado problemas de movilidad o de salud mental y retirar drásticamente las ayudas a todos los que pasen más de un año sin aceptar ofertas de trabajo.
Sin embargo, las propuestas de Sunak han sido recibidas con escepticismo por algunos. Paul Johnson, director del Instituto de Estudios Fiscales, un centro de análisis independiente, comentó: “Hasta ahora, lo que prometen son regalos que serán financiados por unos ahorros inciertos, poco específicos y que solo en apariencia no producirán víctimas. Disculpen que tenga un cierto grado de escepticismo”.
En su discurso, Sunak también trató de infundir miedo entre los votantes conservadores ante la posibilidad de que su rival laborista, Keir Starmer, sea el próximo primer ministro. “Os está pidiendo que le entreguéis un cheque en blanco, sin decir qué quiere comprar ni cuánto le va a costar”, dijo Sunak. Sin embargo, algunos conservadores empiezan a sospechar que el motor de su candidato está cegado.