El primer ministro belga, Alexander De Croo, ha anunciado su dimisión tras los malos resultados de su partido en las recientes elecciones federales y regionales. De Croo, un liberal, hizo el anuncio con lágrimas en los ojos, indicando que no continuará como jefe del Gobierno en funciones hasta que se forme una nueva coalición, un proceso que en Bélgica puede llevar meses o incluso años.
El líder del partido Open VLD, de los liberales flamencos, dijo: “Para nosotros es una jornada especialmente difícil, hemos perdido. Desde mañana, seré un primer ministro dimisionario”. Sin embargo, se mostró optimista sobre el futuro de su formación, afirmando: “Los liberales son fuertes, volveremos”.
Los resultados de las elecciones apuntan a un cambio en el panorama político belga, con un giro hacia la derecha, aunque no se ha producido la temida victoria de la extrema derecha separatista flamenca de Vlaams Belang (VB). A pesar de los malos resultados para los liberales, el partido separatista flamenco Vlaams Belang no logró su objetivo de convertirse en la formación más votada en Flandes, quedando por detrás del partido nacionalista N-VA de Bart de Wever.
De Wever, líder de N-VA, celebró su victoria en las elecciones y expresó su intención de formar parte de una futura coalición de Gobierno federal, e incluso liderarla como primer ministro sucediendo a De Croo. Para ello, moderó su mensaje en los últimos días de campaña, afirmando que la independencia de Flandes puede esperar a pesar de ser la prioridad de su partido.
El proceso electoral contó con la participación de más de ocho millones de belgas que votaron tanto en las elecciones europeas como en las regionales y federales. El sistema de votación permitía votar en papel hasta las 14:00 horas, mientras que los que optaban por el voto electrónico tenían hasta las 16:00.
La política belga, conocida por su complejidad, incluye numerosas formaciones política. Los ciudadanos belgas debían elegir a los 22 eurodiputados asignados al país, así como a los 150 diputados federales, 124 del Parlamento flamenco, 89 del de Bruselas, 75 del Parlamento de Valonia y 25 miembros de la comunidad alemana.
En Bruselas, el avance de los liberales francófonos MR sugiere un cambio de Gobierno regional. Hasta ahora, la capital ha sido gobernada por una coalición liderada por los socialistas francófonos, que según las proyecciones pasarán a un segundo lugar, seguidos por los comunistas del PTB.
En Valonia, también el MR se perfila como la fuerza ganadora, desplazando a los socialistas hasta ahora preponderantes. Sin embargo, ningún partido ha obtenido la fuerza suficiente para gobernar sin formar algún tipo de coalición con otras fuerzas, una práctica común en la política belga.
El presidente de MR, Georges-Louis Bouchez, celebró un “momento histórico” y prometió que iniciaría los “contactos necesarios” para buscar formar Gobierno en las dos regiones. Consultado sobre la posibilidad de formar alianza con la N-Va, Bouchez dejó la puerta abierta.
El Gobierno federal saliente de De Croo ha sido una complicada coalición de siete partidos flamencos y valones denominada La Vivaldi por sus múltiples colores políticos y que tardó casi 500 días en configurarse. Los resultados de este domingo no pronostican unas negociaciones fáciles para la formación del próximo gabinete.
En Bélgica, las formaciones políticas son tan complejas que muchos medios de comunicación han propuesto en las últimas semanas un “test electoral” para que los ciudadanos averigüen, según sus intereses y prioridades políticas, cuál es el partido más afín.