La importancia de la actividad física en los pacientes mayores hospitalizados es una realidad que ha sido subrayada por investigadores del Hospital Gregorio Marañón y la Universidad Europea de Madrid. Ambos equipos, liderados por José Antonio Serra Rexach, jefe del Servicio de Geriatría del hospital, y por el profesor Alejandro Lucia, respectivamente, han llevado a cabo un revelador ensayo clínico que pone de manifiesto el valor del ejercicio durante la hospitalización y su continuación una vez que el paciente es dado de alta.
El estudio se inscribe en la iniciativa AGECAR PLUS (Activity in GEriatric acute CARe PLUS health education), un proyecto que combate la discapacidad asociada a la hospitalización. Este fenómeno tiene especial relevancia debido a que un tercio de los pacientes mayores que lo experimentan no recuperan sus niveles de autonomía previos, lo cual conlleva un mayor riesgo de reingreso y mortalidad.
«La hospitalización a raíz de una enfermedad aguda, la coexistencia de distintas enfermedades crónicas y la edad son los principales factores asociados con el deterioro funcional del paciente mayor hospitalizado», explica Serra. De hecho, tras ser dados de alta, uno de cada tres pacientes mayores de 70 años ve disminuida su independencia para realizar actividades básicas, como vestirse, asearse o caminar.
Un estudio previo del grupo de investigación demostró que un sencillo programa de ejercicios, como levantarse de la silla y caminar diariamente por el hospital, era una estrategia segura y efectiva para prevenir el deterioro funcional en los pacientes mayores.
El equipo de investigación ha seguido trabajando con el objetivo de mejorar la atención a las personas mayores. En este sentido, han explorado el beneficio de aumentar la dosis de ejercicio e implicar al paciente mediante una educación activa para que continúe con su rutina de entrenamiento en su domicilio.
Durante más de 4 años, 260 pacientes de 75 años o más participaron en este ensayo clínico. A su ingreso, se instruyó a la mitad de los pacientes a completar un programa de entrenamiento compuesto por ejercicios de fuerza, equilibrio, caminar y trabajo de la musculatura inspiratoria, realizado dos veces al día a pie de cama.
Además, se instruyó a estos pacientes, mediante seguimiento telefónico mensual, sobre cómo continuar con esta rutina aprendida en el hospital, una vez regresaran a sus casas. Los efectos de esta intervención se compararon con los de la otra mitad de pacientes que recibió los cuidados habituales, que incluyen el fomento de la movilidad durante el ingreso de manera informal.
Los resultados del estudio no solo confirman los beneficios del ejercicio en el paciente mayor hospitalizado, evitando el deterioro de la capacidad para caminar, sino que también subrayan la eficacia de educar al paciente para continuar haciendo ejercicio en casa. Este hecho logró una reducción del 64% en la probabilidad de sufrir una pérdida de autonomía en actividades básicas de la vida diaria que se evaluaron 3 meses después de ser dados de alta.
Los resultados de este ensayo clínico, financiado por el Instituto de Salud Carlos III, han sido publicados en JAMA Network Open. Cabe destacar que el Hospital Gregorio Marañón forma parte del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES), que aporta un valor adicional a este relevante estudio.