La presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Mirjana Spoljaric, es una figura clave en el ámbito humanitario. Esta croata de nacimiento y ciudadana suiza es una defensora de la «protección de la humanidad» para lograr la paz. Su trayectoria incluye experiencias en el cuerpo diplomático de Suiza y las agencias de las Naciones Unidas, dos de los requisitos más importantes para liderar la CICR.
Ser titular de la CICR es una responsabilidad monumental. La organización, con sede en Ginebra, se dedica a proteger a las víctimas de la guerra desde una perspectiva neutral. En palabras de Spoljaric, la asistencia humanitaria se ha convertido en un objetivo en los conflictos, no solo en Oriente Próximo sino en todo el mundo.
Este año marca el 75º aniversario de la firma de la Convención de Ginebra, el conjunto de leyes que rigen el derecho internacional humanitario. Spoljaric advierte de los peligros de deshacerse de los mecanismos creados después de la Segunda Guerra Mundial, ya que estos no podrán ser recreados.
Los conflictos actuales son complejos y de alta intensidad. Según Spoljaric, Gaza se ha convertido en un cambio de paradigma debido a la alta intensidad de destrucción y el impedimento de la asistencia humanitaria. A pesar de la atención internacional, la situación continúa deteriorándose.
Spoljaric subraya la importancia de la influencia directa de los Estados que forman parte de la Convención de Ginebra. Sin su apoyo, los actores humanitarios pierden peso, autoridad, seguridad y credibilidad. Además, señala que la asistencia humanitaria ya no puede separarse de las negociaciones políticas, lo que complica aún más su labor.
La instrumentalización de la asistencia humanitaria para presionar a la otra parte en un conflicto es otro problema destacado por Spoljaric. Esta práctica, que se ha vuelto un patrón en todos los conflictos, dificulta enormemente el trabajo de las organizaciones humanitarias.
En este contexto, la inteligencia artificial ha surgido como una nueva preocupación. Spoljaric pide a los gobiernos que regulen los sistemas autónomos, ya que estos pueden ser impredecibles y plantear desafíos en términos de control y responsabilidad humanos.
La desinformación también es un desafío significativo para el CICR. Spoljaric menciona campañas de desinformación dirigidas contra la organización en Ucrania y durante el conflicto entre Israel y Hamás. Esta desinformación pone en peligro la seguridad del personal de la CICR y socava su neutralidad y credibilidad.
Pese a los desafíos, Spoljaric mantiene su compromiso con la misión de la CICR. Para ella, el principio universal de protección de la humanidad es el camino de regreso a la paz. Aunque la realidad actual parece muy diferente, ella insta a los Estados a volver a las negociaciones y honrar el compromiso que hicieron tras la Segunda Guerra Mundial.