Este jueves, por segundo día consecutivo, se desplegó una fuerte ofensiva del régimen venezolano en contra de Chile. Tarek William Saab, jefe del Ministerio Público y hombre fuerte de Nicolás Maduro, lideró la ofensiva a raíz del secuestro y el posterior asesinato del ex teniente Ronald Ojeda, ocurrido en febrero. Saab, sin presentar pruebas, intentó desacreditar la investigación del Ministerio Público de Chile, alegando que está «débilmente desarrollada» y reiterando que en la operación hubo agentes chilenos. El día anterior, Saab había rechazado extraditar a los presuntos autores del secuestro por considerarlo una prohibición constitucional.
La líder de la disidencia venezolana, Corina Machado, calificó a Saab como el «fiscal del terror». Esta nueva arremetida supone prolongar el conflicto en un momento en que el Presidente Boric anunció el envío de una nota de protesta a Venezuela. El gobierno de La Moneda sospecha que Maduro pretende desacreditar el caso, que ya está en manos de la Corte Penal Internacional.
El gobierno de La Moneda ha optado por no llevar el conflicto a una ruptura de las relaciones diplomáticas con Venezuela y dosificar los choques, a la espera de las elecciones presidenciales del 28 de julio en el país caribeño. En un principio, se especuló que el gobierno chileno estaba considerando no agudizar el conflicto abierto que tiene con el Partido Comunista (PC) a partir del caso Jadue, dado que el partido ha respaldado a Maduro. Sin embargo, esta tesis se ha ido desinflando, como aparentemente también el respaldo del PC a Venezuela debido al curso judicial que ha tomado el caso.
Este jueves, al igual que el día anterior, no hubo ninguna declaración pública de la directiva del PC sobre la grave acusación del régimen de Maduro a Chile. Tampoco hubo pronunciamientos por parte de los diputados ni de los senadores del partido. Los mensajes de algunos de sus parlamentarios solo aludían a Jadue. En el periódico El Siglo se publicó una carta escrita a mano por el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, en la que afirma estar «tranquilo, de pie y listo para las batallas que vendrán».
No existe una explicación oficial para el silencio del PC, a pesar de que el propio Presidente Boric lideró la ofensiva frente a Caracas este jueves. Todo parece indicar que la institucionalidad del partido ha evitado abrir un nuevo frente en un momento en que atraviesa uno de sus momentos más complicados en democracia, a raíz de la reclusión de uno de sus líderes emblemáticos en un caso de corrupción. Entre los miembros del Comité Central del PC, aún no se ha llegado a un acuerdo sobre las declaraciones de Tarek Saab.
La reacción del PC contrasta con la que tuvo en febrero, cuando se conoció el secuestro de Ojeda y el partido salió a defender al régimen de Maduro. Uno de los que defendió al régimen fue Juan Andrés Lagos, dirigente histórico del PC y asesor de Interior, quien se convirtió en blanco de críticas desde la oposición. El 2 de marzo, 17 días después de la desaparición de Ojeda, Boric rompió su prolongado silencio sobre el caso para salir a respaldar al PC ante las críticas que recibía de la derecha.
El Presidente Boric abordó en su última Cuenta Pública las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, un antiguo aliado del PC, pero omitió la situación en Cuba. Desde que llegó a La Moneda, en 2022, el partido puso la línea roja en la relación con La Habana, a pesar de que a principios de mayo, el Mandatario habló de la necesidad de avanzar en la democratización de Cuba, lo que generó un fuerte malestar entre los comunistas.