El mundo de las redes sociales ha sido recientemente inundado por una serie de publicaciones criticando a Elon Musk, fundador y CEO de SpaceX, por estrellar su enésimo «cohete espacial». Las críticas apuntan al supuesto coste que estos accidentes tienen para el contribuyente. Sin embargo, esta afirmación es falsa, ya que aunque SpaceX ha firmado contratos con la agencia espacial estadounidense, estos no financian el desarrollo del Starship, que es precisamente el cohete que ha estado en las noticias recientemente.
El pasado jueves 6 de junio, SpaceX volvió a hacer noticia tras estrellar un prototipo del lanzador Starship. El cohete se hundió en el Océano Índico, 1 hora, 5 minutos y 48 segundos después de su lanzamiento, siguiendo los protocolos de este tipo de misiones. Este evento marca un avance respecto a la misión del 14 de marzo, en la que el cohete fue detonado en la reentrada cuando se perdió la telemetría.
A pesar de las críticas, es difícil no sentir admiración por los logros de SpaceX. El proyecto Starship aún está en etapas de desarrollo y no ha realizado misiones funcionales ni ha sido tripulado. No obstante, es emocionante ser testigos de este impresionante desarrollo que pretende no solo llevar a un humano a la Luna, sino también llegar a Marte.
SpaceX ha seguido una estrategia de desarrollo iterativo y creciente para su programa de lanzadores espaciales reutilizables, similar a las estrategias empleadas por la NASA y el Ministerio de Ingeniería General de la Unión Soviética. Esta estrategia ha permitido que los lanzamientos se conviertan en algo rutinario y ha contribuido a la seguridad de las misiones espaciales tripuladas.
Durante la última misión, fuimos testigos del proceso de reentrada de la Starship. Vimos cómo perdía algunas de sus losetas térmicas, que se sumaban a las que SpaceX había omitido intencionalmente para comprobar la resistencia del fuselaje de acero. A pesar de los daños sufridos, la Starship resistió, realizó la maniobra de giro para colocarse en posición vertical y finalmente se hundió en el océano. Todo el proceso fue transmitido en directo por SpaceX, permitiendo a los espectadores observar cada detalle.
Es importante recordar que si algún día SpaceX logra llevar a un humano a la Luna, y hacer que regrese vivo, o llegar a Marte, será gracias a todas estas misiones con las que SpaceX está «estrellando sus cohetes» una y otra vez. Aunque algunos critican estos fracasos en las redes sociales, estos son pasos necesarios en el camino hacia el logro de los ambiciosos objetivos de SpaceX.
Elon Musk y SpaceX han demostrado una y otra vez su compromiso con el avance de la exploración espacial. A pesar de las críticas y los obstáculos, continúan empujando los límites de lo que es posible, demostrando que el fracaso puede ser un paso esencial hacia el éxito. A medida que SpaceX continúa desarrollando y probando sus cohetes, podemos esperar ver más «fracasos» en el futuro. Sin embargo, cada uno de estos será un paso más cerca de lograr el sueño de la exploración espacial tripulada a largo plazo.