El miércoles, Lula da Silva, ex presidente de Brasil, transmitió su preocupación a su aliado, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, sobre la necesidad de una amplia observación internacional en las elecciones presidenciales de Venezuela programadas para el 28 de julio. Según una nota oficial emitida por el gobierno brasileño, da Silva enfatizó en una conversación telefónica la importancia de que las elecciones estén abiertas a la observación internacional.
Esta no es la primera vez que da Silva ha mostrado su preocupación por la situación política en Venezuela. En marzo, el ex presidente de Brasil expresó su descontento con el bloqueo de la candidatura de la filósofa de 80 años, Corina Yoris, quien fue seleccionada para reemplazar a la inhabilitada Mara Corina Machado. Da Silva calificó la situación como «grave», argumentando que no había ningún respaldo jurídico ni político para tal acción.
A medida que las elecciones se acercan, da Silva ha continuado monitoreando de cerca la situación política en Venezuela. En mayo, elogió la unidad de la oposición venezolana, que había presentado un solo candidato para las elecciones. Este movimiento, junto con la postura del político colombiano Gustavo Petro y las negociaciones secretas con Estados Unidos, llevó a que la candidatura del embajador Edmundo González Urrutia no fuera desechada.
Además, da Silva ha afirmado que Brasil apoya los Acuerdos de Barbados entre el gobierno y la oposición venezolanos, que contemplan la presencia amplia de observadores internacionales. Sin embargo, la semana pasada, el gobierno de Maduro socavó estos acuerdos al retirar su invitación a la Unión Europea (UE) para enviar una misión electoral, una de las más reconocidas a nivel mundial.
La retirada de la invitación a la UE por parte de Maduro fue seguida por una serie de insultos no especificados. Esto ocurrió después de que la UE decidió suspender las sanciones contra el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Elvis Amoroso, pero no hizo lo mismo con otros líderes del chavismo. Cabe destacar que la UE ya había participado como observadora durante las elecciones regionales de Venezuela en 2021, a pesar de las sanciones vigentes.
En respuesta a estos acontecimientos, da Silva ha abogado por la eliminación de las sanciones para facilitar el proceso electoral. Antes de este tercer tirón de orejas a Maduro, el gobierno español también expresó su preocupación por la negativa de Venezuela a permitir la presencia de observadores de la UE. Según fuentes diplomáticas españolas, España defiende la celebración de elecciones creíbles, inclusivas y competitivas.
La campaña electoral en Venezuela avanza en medio de las tensiones políticas y bajo el liderazgo de Machado, quien ha estado viajando por el país para ganar apoyo. Según las encuestas de empresas independientes, el diplomático Edmundo González Urrutia tiene al menos el 60% de los apoyos, mientras que Maduro oscila entre el 15% y el 30%.
En resumen, la preocupación de Lula da Silva y de la comunidad internacional en general por la situación política en Venezuela subraya la importancia de los observadores internacionales en las elecciones, la unidad de la oposición y la necesidad de un proceso electoral justo e inclusivo. La situación seguirá siendo monitoreada de cerca por los gobiernos y organizaciones internacionales a medida que se acercan las elecciones del 28 de julio.