El ambiente político en Alemania se ha vuelto cada vez más tenso y violento, a medida que se acercan las elecciones municipales. El último incidente de violencia política se produjo en la ciudad de Mannheim, en el estado federado de Baden-Württemberg, en el sur de Alemania, en donde un candidato de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) fue atacado con un cuchillo el martes por la noche.
Heinrich Koch, el candidato de AfD, fue atacado cerca de la plaza del mercado a las 22:45 horas (20:45 GMT). Según Emil Sünze, portavoz de AfD, Koch interrumpió a tres personas que estaban arrancando carteles de propaganda política. En respuesta, uno de ellos atacó a Koch con un cuchillo, mientras que las otras dos personas huyeron del lugar.
Este acto de violencia ha sido calificado por Sünze como un ataque extremista de izquierdas, aunque esta afirmación aún no ha sido confirmada oficialmente. La noticia del ataque ha causado conmoción y consternación entre los miembros de AfD, incluido su presidente regional, Markus Frohmaier. Sin embargo, la policía hasta ahora solo ha confirmado que se llevó a cabo una operación policial en respuesta al incidente.
Este no es el primer incidente de violencia política en Alemania en los últimos meses. A principios de abril, el eurodiputado y principal candidato socialdemócrata de Sajonia en los comicios europeos, Matthias Ecke, fue gravemente herido en Dresde mientras pegaba carteles electorales. Antes de eso, los presuntos autores del ataque habían atacado a un voluntario del partido Los Verdes, que también estaba pegando carteles.
Además, Franziska Giffey, la titular de Economía y exalcaldesa de Berlín, resultó herida leve después de ser golpeada en la cabeza con una bolsa llena de un material duro. En otro incidente, Martín Schmidt, diputado de AfD en el parlamento regional de Mecklemburgo-Antepomerania, también resultó herido leve después de ser atacado con un cenicero de cristal en la ciudad alemana de Schwerin.
En Mannheim, donde tuvo lugar el ataque contra Koch, un ciudadano afgano atacó a un militante anti-islam y a otras cuatro personas con un cuchillo el viernes pasado. Un agente de policía que respondió al incidente fue apuñalado y murió pocos días después en el hospital.
Anton Baron, jefe del grupo parlamentario de AfD en la cámara regional, comentó sobre la reciente ola de violencia, diciendo: «Ya sea islamismo o extremismo de izquierdas, el que no acepta la libertad de opinión ni tiene argumentos razonables ahora saca el cuchillo. Esto es alarmante y muestra cuánto ha avanzado en tanto la profunda división en nuestra sociedad».
Por otro lado, otros partidos políticos alemanes consideran a la ultraderecha y a AfD corresponsables del actual clima de violencia contra los políticos y de la división social en el país. Esta percepción se ha agravado por la reciente escalada de ataques violentos durante la campaña electoral, que ha dejado una huella en la política alemana.
Estos incidentes han generado un ambiente de miedo e incertidumbre en la sociedad alemana. A medida que la tensión política aumenta, la violencia parece ser una amenaza constante para aquellos involucrados en el ámbito político. Las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina y los candidatos y sus seguidores deben mantenerse en alerta máxima. La situación actual en Alemania es un recordatorio de que la violencia no tiene lugar en una sociedad democrática y que todos los ciudadanos tienen derecho a expresar sus puntos de vista y participar en la política sin temor a la violencia.