Si hay un personaje icónico en el mundo de la publicidad tecnológica, ese es sin duda Justin Long. Este actor, que quizás no sea familiar para muchas personas, es un veterano de las campañas de comunicación competitivas, especialmente en el sector tecnológico. Haciendo un viaje al pasado, es posible que los más jóvenes no reconozcan a Long, pero los entusiastas de la tecnología de la primera década de este siglo ciertamente lo harán.
Long es conocido por ser el rostro de Apple en una serie de anuncios en los que se presentaba como un Mac, en contraposición a un actor que interpretaba a un PC con Windows. Esta campaña, lanzada a mediados de la primera década del siglo XXI, coincidió con el resurgimiento de Apple bajo la dirección de Steve Jobs y la popularidad de productos como el iMac, MacOS X y el iPod.
Los anuncios, que coincidieron con la era de Windows Vista, presentaban a Long como el rostro de una Apple más joven y fresca, mientras que el PC con Windows era representado como gris, triste y aburrido. Muchos observadores apuntaron a la posibilidad de que los actores que interpretaron al Mac y al PC fueran una representación de Jobs y Bill Gates, respectivamente.
Durante este periodo, los productos de Apple, como los iMac, los iBooks (más tarde MacBook) y el iPhone, alcanzaron un nuevo nivel de popularidad y penetración en el mercado. Hasta 2010, Long fue una parte integral de la construcción de la imagen de Apple.
Sin embargo, en 2020, Apple anunció Apple Silicon, marcando su separación de Intel. En respuesta a este movimiento, Intel contrató a Long para una serie de anuncios en los que destacaba las ventajas de los PCs con procesadores Intel y Windows frente a los Macs. En estos anuncios, Long, que una vez fue la cara de Apple, parecía haber cambiado de bando.
Pero las cosas no terminaron ahí. En la reciente presentación de Qualcomm en Computex 2024, Long apareció de nuevo, esta vez mostrando su interés por los PCs con SOC Snapdragon. Esto ha llevado a especulaciones sobre si Long ha cambiado nuevamente de preferencia, dejando a un lado los PCs con Intel que tanto elogió en el pasado.
El caso de Justin Long destaca la competitividad y la rápida evolución del sector tecnológico. Los actores y las empresas pueden cambiar de lealtades y preferencias a medida que nuevas tecnologías y productos se vuelven más atractivos.
Finalmente, hay que destacar que esta serie de eventos también plantea una interesante pregunta. ¿Qué pasaría si las empresas que promueven software libre, como Canonical, decidieran invertir en una campaña publicitaria con Long? En un mundo donde el hardware a menudo se ve como secundario a la experiencia de software, sería interesante ver a Long promocionando Linux.
En definitiva, la carrera publicitaria de Justin Long en el sector tecnológico demuestra cómo las empresas utilizan la publicidad para competir entre sí y cómo los personajes que las representan pueden cambiar de lealtades a medida que el sector evoluciona.