El reciente estudio basado en la investigación de la Universidad de Tarragona ha revelado datos alarmantes sobre el acoso escolar que enfrentan los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). La investigación, conocida como EPINED, ha puesto de relieve que el riesgo de acoso, aislamiento o exclusión social puede llegar a triplicarse en niños con estos trastornos.
El estudio EPINED es una iniciativa del Departamento de Psicología de la Universidad de Tarragona, liderado por las investigadoras Núria Voltas y Fina Canals. El objetivo principal era determinar la prevalencia de TEA y TDAH en los niños de la provincia de Tarragona. Para ello, examinaron a más de 7.000 menores pertenecientes a dos grupos de edad: alumnos de Infantil 4 y del quinto curso de Educación Primaria.
La metodología del estudio implicó la realización de varios test a maestros y familias para poder identificar aquellos casos que mostraban indicios de tener alguno de los dos trastornos. De este proceso de cribado, se seleccionó una muestra de 700 niños para un estudio más detallado. Los resultados de esta investigación mostraron que el 1,5% de los niños y niñas de la muestra tenía TEA y, en el caso del TDAH, la prevalencia de diagnóstico era del 5%.
Además, el estudio también investigó el nivel de exclusión social experimentado por los niños diagnosticados con estos trastornos. Los investigadores encontraron que un 35% de los estudiantes de Educación Primaria con TDAH y el 58% de los escolares con TEA informaban de estar sufriendo algún tipo de acoso, aislamiento o exclusión social. En el caso de los niños con TEA, que se caracterizan por tener dificultades en la interacción y comunicación social y problemas conductuales, este sentimiento de exclusión y desplazamiento era aún más pronunciado.
Los resultados del estudio también mostraron que en los casos de comorbilidad, es decir, donde los niños presentaban tanto TEA como TDAH, la sensación de aislamiento social se acentuaba aún más. Según Fina Canals, la victimización de estos niños aumenta sus problemas emocionales y los pone en un riesgo elevado de trastornos de salud mental y suicidio en la etapa adulta.
La investigación concluye con un llamado a la acción, subrayando la necesidad de programas contra el bullying que incluyan medidas específicas para grupos de riesgo. Es fundamental que las escuelas implementen estrategias de prevención y sensibilización efectivas para garantizar un entorno seguro y acogedor para todos los niños, especialmente aquellos con condiciones neurodivergentes.
El estudio «Self-perceived bullying victimization in pre-adolescents on the autism spectrum: EPINED study» fue publicado en la revista Autism en abril de 2024.