A lo largo de los últimos años, la gigante automotriz Toyota se ha distinguido como una de las principales defensoras de los motores de combustión interna. Aunque la compañía tiene un ambicioso proyecto de vehículos eléctricos en marcha, mantiene una firme creencia en que la combustión interna seguirá desempeñando un papel fundamental en el futuro. Además, Toyota sostiene que esta tecnología puede contribuir a alcanzar la neutralidad de carbono, incluso mucho más allá del año 2035.
Recientemente, Toyota se unió a Mazda y Subaru en un acto conjunto en defensa de la combustión interna. Las tres marcas japonesas presentaron sus tecnologías y proyectos de combustión interna, cada uno con su enfoque único. Toyota, por ejemplo, presentó su motor de cuatro cilindros en línea de gasolina, mientras que Mazda expuso su motor rotativo y Subaru habló de su motor de cilindros enfrentados.
Toyota está adoptando una estrategia transgresora con su nuevo motor de bolsillo, una propuesta radicalmente diferente al downsizing predominante en la industria, que generalmente implica menos cilindros y sobrealimentación por turbo. En cambio, Toyota está desarrollando un motor más compacto que, a pesar de tener cuatro cilindros, es incluso más compacto y bajo que un motor de tres cilindros en línea.
La filosofía de Toyota es sencilla: el motor de combustión interna debería trabajar en asociación con un motor eléctrico. La compañía visualiza un futuro en el que el motor eléctrico desempeñe un papel cada vez más importante en la propulsión del automóvil, lo que permitiría el uso de motores de combustión interna más compactos.
El paso más lógico en este camino podría haber sido reducir la cilindrada y los cilindros. De hecho, Toyota ya había seguido esta dirección con su sistema híbrido de entrada, empleado por el Toyota Yaris, que utiliza un motor de tres cilindros en línea para la combustión interna.
Sin embargo, Toyota decidió tomar una ruta diferente para el futuro. La compañía tomó varias decisiones clave que serán fundamentales para su estrategia de futuro. En primer lugar, Toyota decidió seguir siendo fiel al motor de cuatro cilindros en línea. Aunque optaron por un motor de solo 1.5 litros de desplazamiento, como el de tres cilindros que se utiliza actualmente en el Yaris, lograron conservar un cuarto cilindro. Este nuevo motor de cuatro cilindros será un 10% más compacto que su predecesor.
Además, Toyota considera que, gracias al par que puede proporcionar el motor eléctrico en la parte final del recorrido del acelerador, pueden permitirse un motor que no necesita alcanzar regímenes altos. Esto les permitiría mantener o incluso mejorar la entrega de par y potencia en todo el régimen, lo que a su vez les permitiría crear un motor de gasolina con cilindros de carrera más corta.
Una de las principales ventajas de reducir la carrera del cilindro es que se obtiene un motor más compacto y, lo que es más importante, más bajo. Esto tiene una consecuencia muy deseable: Toyota podrá diseñar coches con un capó más bajo, lo que mejorará su aerodinámica. En última instancia, esto se traducirá en coches más eficientes, con un menor consumo de energía (tanto de gasolina como de electricidad), y con una huella de carbono más baja. Según Toyota, este cambio podría mejorar la eficiencia de un sedán en un 12%.
Hiroki Nakajima, Chief Technology Officer de Toyota Motor Corporation, recientemente anunció más detalles sobre este motor y los candidatos para utilizarlo. Según Nakajima, este motor está diseñado para aplicaciones atmosféricas, sin turbo, y ofrece una entrega de potencia ligeramente superior a la configuración actual de tres cilindros, con un consumo de combustible notablemente menor.
Toyota también planea combinar este motor de cuatro cilindros en línea y 1.5 litros de desplazamiento con un turbo, y utilizarlo en vehículos de gran tamaño. De hecho, este motor podría utilizarse en los SUV de tres filas de asientos que se venden en Norteamérica y que actualmente utilizan un motor de 2.5 litros de desplazamiento. Este nuevo motor sería un 20% más compacto y un 15% más bajo que el actual motor de 2.5 litros de desplazamiento.
Por último, pero no menos importante, Toyota también planea lanzar un motor de cuatro cilindros de 2.0 litros de desplazamiento, con cilindros de carrera corta. Este motor será un 10% más compacto y bajo que el actual motor 2.4 Turbo.
En resumen, Toyota espera que esta tecnología le permita ofrecer una gama más amplia de híbridos, adaptados a las necesidades de cada vehículo y de cada cliente. Además, también espera poder proporcionar tecnología híbrida más económica, lo que contribuiría a hacer accesible esta tecnología en mercados donde el vehículo completamente eléctrico no es viable.
El siguiente paso para Toyota es emplear una gama de sistemas híbridos basados en la combinación de motores de combustión interna, eléctricos y baterías, así como diferentes combustibles con los que alcanzar la neutralidad. Esto incluiría la adaptación de la oferta de motores para que sean compatibles con el uso de combustibles sintéticos neutrales, biocombustibles e hidrógeno líquido.