El presidente de Renovación Nacional (RN), Rodrigo Galilea, ha reiterado este lunes que su partido continuará dialogando con el Gobierno, reafirmando su postura de ser una «oposición constructiva«. Este posicionamiento ha contrastado con el presidente de la Unión Democrática Independiente (UDI), Javier Macaya, quien acusó al Gobierno de poner en riesgo los acuerdos con la oposición tras anunciar la decisión de enviar un proyecto de aborto legal a finales de año y promover la ley de eutanasia.
Macaya, durante su intervención en la Mesa Central de Canal 13, expresó que este tipo de acciones por parte del Gobierno pone en peligro cualquier tipo de acuerdo. Expresó su preocupación de que este enfoque unilateral pueda afectar el diálogo y la progresión de temas de interés para los chilenos. Su preocupación se basa en su creencia de que el abordaje de estos temas sensibles hace que sea mucho más difícil proyectar acuerdos.
La derecha chilena parece dividida en cuanto a cómo abordar este tema. Un sector de la derecha está a favor de adoptar una postura más dura y de confrontación con el Gobierno, como se evidenció cuando varios miembros de la derecha se levantaron y abandonaron el Salón de Honor del Congreso Nacional tras el anuncio del presidente Boric sobre el proyecto de aborto libre. Entre los más indignados estaban Sergio Bodadilla, Henry Leal y Miguel Becker.
Sin embargo, otros miembros de la derecha, particularmente dentro de RN, han abogado por mantener una postura constructiva y dialogante. Según ellos, la oposición debe seguir presionando para que se aborden los temas que consideran más relevantes para la ciudadanía, como la seguridad y la economía. Entre estos, el diputado RN Diego Schalper sostiene que la oposición no debe caer en la trampa de La Moneda, ya que sospecha que el Gobierno busca dividir a la oposición con estas medidas.
La jefa de bancada de RN, Ximena Ossandón, reiteró este punto, argumentando que cortar relaciones es una utopía que nunca se materializa. Según ella, la oposición tiene roles claros, que incluyen la presentación de propuestas técnicamente razonables y duraderas que satisfagan las necesidades de la ciudadanía.
En la UDI, por otro lado, se argumenta que el Gobierno solo está hablando a su electorado y está utilizando un discurso político de cara a las elecciones. El diputado Guillermo Ramírez es uno de los más críticos con esta postura, acusando al presidente Boric de renunciar a los acuerdos y poner fin a su gobierno en materia legislativa.
Además de estos temas valóricos, la oposición se encuentra actualmente en conversaciones con La Moneda en relación con temas de seguridad, como la creación de un Ministerio de Seguridad Pública, infraestructura crítica, fronteras, entre otros. También se están llevando a cabo conversaciones con el Gobierno sobre la reforma previsional.
Tanto el ministro de Trabajo, Jeannette Jara, como el ministro de Hacienda, Mario Marcel, han expresado su esperanza de que se pueda llegar a un acuerdo sobre estos temas. Jara, en particular, sostiene que a pesar de los desafíos y la complejidad de estos temas, existe la voluntad de llegar a un acuerdo. Por su parte, Marcel espera poder llegar a un acuerdo fiscal.
En conclusión, la derecha chilena parece dividida en cuanto a su enfoque para tratar con el Gobierno. Algunos abogan por una postura más dura, mientras que otros defienden un enfoque más constructivo y dialogante. Esta división parece reflejarse en las diferentes posturas adoptadas por RN y la UDI, con RN promoviendo un diálogo continuo, mientras que la UDI acusa al Gobierno de poner en riesgo los acuerdos.