El Gran Premio de Detroit de la IndyCar fue un espectáculo lleno de incidentes, penalizaciones y una estrategia magistral por parte del seis veces campeón, Scott Dixon. El piloto neozelandés evitó entrar a los pits durante la segunda mitad de la carrera, dosificando su combustible de manera perfecta y demostrando una vez más por qué es considerado uno de los mejores en el circuito.
El Gran Premio comenzó con una serie de incidentes que incluyeron nueve períodos de bandera amarilla, y una llovizna que comenzó alrededor de la vuelta 35. Esto dio lugar a un buen número de detenciones en pits y un caos generalizado en la pista. Uno de los momentos más destacados fue cuando el líder del campeonato, Álex Palou, perdió su posición tras colisionar con Josef Newgarden, terminando en el puesto 16.
Dixon, por su parte, hizo una carrera impecable. Hizo sólo dos detenciones en pits y administró su ritmo de manera magistral. Cuando Marcus Ericsson intentó alcanzarlo, a falta de 28 vueltas para el final, Dixon aceleró para mantener una ventaja de menos de un segundo en la línea de meta. A pesar de que Ericsson fue el más rápido en la segunda parte de la carrera, los problemas del circuito no le facilitaron el trabajo de adelantar a Marcus Armstrong y a Kyle Kirkwood, lo que impidió que pudiera poner en peligro la victoria de Dixon.
Esta victoria no sólo le permitió a Dixon asumir el liderato de la temporada, sino que también lo colocó en el segundo lugar histórico de la IndyCar con 58 victorias, a sólo nueve del legendario A.J Foyt.
A diferencia de lo ocurrido en Indianápolis la semana pasada, en esta ocasión los motores Honda volvieron a recuperar su competitividad, gracias a las regulaciones técnicas aplicadas para este tipo de circuito. El mejor piloto Chevrolet de la jornada fue Alexander Rossi, quien finalizó en el quinto puesto, una actuación notable considerando que estuvo involucrado en un choque en la primera vuelta.
Will Power, por su parte, terminó en sexto lugar, siendo el mejor piloto de Penske en esta carrera. El séptimo lugar correspondió a Patricio O’Ward, seguido de Felix Rosenqvist, Santino Ferucci y Théo Pourchaire completando el top diez.
Josef Newgarden tuvo un día para olvidar. Tras ganar las 500 Millas de Indianápolis, en esta carrera sufrió un extraño incidente en boxes que rompió su suspensión trasera, relegándolo al último puesto. También fue un día difícil para el veterano Hélio Castroneves, quien fue golpeado por Ferucci y luego por Kyffin Simpson, terminando en el puesto 25.
Colton Herta, quien partió desde la pole, tuvo un accidente en la vuelta 46 cuando intentó adelantar a Palou con neumáticos fríos en un asfalto resbaloso. Aunque pudo regresar a la carrera, no logró pasar del puesto 19.
La próxima carrera de la IndyCar tendrá lugar el próximo domingo en el circuito de Road América. A medida que la temporada avanza, cada carrera se vuelve más crucial en la lucha por el título. Sin duda, los fans de la IndyCar esperan más carreras emocionantes y estrategias brillantes como las que se vieron en el Gran Premio de Detroit.