La paradoja de las próximas elecciones europeas reside en que, a pesar de que el pacto verde se ha convertido en uno de los principales temas de discusión, Los Verdes, el partido intrínsecamente ligado a esta cuestión, está luchando para no ser irrelevante. Aun así, en un giro inesperado, los ecologistas podrían tener la llave para evitar que el próximo presidente de la Comisión Europea consiga el puesto gracias a los votos de la creciente extrema derecha.
En la actualidad, partidos, periodistas y analistas en Bruselas están analizando los avances y retrocesos de las formaciones europeas y haciendo cálculos sobre la distribución de fuerzas después del 9 de junio. Existen dos certezas: la extrema derecha ganará escaños, principalmente a costa de los liberales de Renew y de los grupos más a la izquierda del espectro político, incluyendo a Los Verdes. Las proyecciones indican que Los Verdes podrían perder hasta un tercio de los 72 escaños que han mantenido en la última legislatura.
A pesar de los desafíos, Los Verdes tienen una ventaja: su tradición de votar en bloque, algo que no suele ocurrir en otras familias políticas europeas. Esta práctica podría funcionar como freno de emergencia para evitar que el próximo candidato a la presidencia de la Comisión Europea, posiblemente la alemana Ursula von der Leyen, tenga que negociar con la extrema derecha para conseguir los votos suficientes de confirmación en el Parlamento Europeo.
Philippe Lamberts, ex presidente de Los Verdes, ha confirmado que están dispuestos a facilitar que Von der Leyen repita en el cargo, siempre y cuando esto suponga una alternativa a dar una oportunidad a la extrema derecha. Sin embargo, este apoyo no sería gratuito. «La clave es el pacto verde», subraya Lamberts, en referencia al ambicioso plan aprobado durante el mandato actual para adaptar las políticas de la UE sobre clima, energía, transporte y fiscalidad al objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono en 2050 y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% en comparación a los niveles de 1990 para 2030.
Este plan es anatema para la extrema derecha, que ha prometido desmantelarlo. A pesar de ser la impulsora principal del giro verde de su mandato, Von der Leyen ha estado flirteando con la extrema derecha. Esto ha sido criticado por formaciones proeuropeas como S&D, Renew, La Izquierda y Los Verdes, que han firmado una declaración comprometiéndose a «no cooperar jamás ni formar una coalición con la extrema derecha ni con partidos radicales a ningún nivel».
Con respecto a un eventual apoyo a Von der Leyen, Lamberts asegura que «si hay una posibilidad seria de darle al pacto verde un futuro, por supuesto estaremos ahí». No obstante, advierte que Von der Leyen tiene que prometer que mantendrá y ampliará el pacto verde, ya que «no puedes tenerlo todo: no puedes agradar a Meloni y a nosotros a la vez».
Antes de las elecciones, Los Verdes también tendrán que hacer frente a sus propios desafíos. En Francia, donde la extrema derecha de Marine Le Pen se perfila como la fuerza más votada el 9 de junio, Los Verdes corren el riesgo de no lograr superar el mínimo del 5% para entrar en el Parlamento Europeo. En Alemania, se espera que mantengan su representación, pero estarán empatados en el segundo puesto con los ultras de Alternativa por Alemania. En España, los votos de Sumar se dividirán entre su grupo y La Izquierda, lo que reducirá aún más sus filas.