El reciente fallo del jurado que ha declarado culpable al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, de 34 delitos ha suscitado una serie de reacciones tanto dentro como fuera del país que están definidas por la polarización política. El actual presidente, Joe Biden, se encontraba en Delaware en el momento de conocerse la decisión del jurado, conmemorando el aniversario de la muerte de su hijo Beau.
Biden ha mostrado una respuesta moderada al veredicto, eludiendo hacer referencia directa al juicio y enfocando su mensaje en la necesidad de apartar a Trump del Despacho Oval mediante el voto. Su reacción se hizo pública a través de un tuit que decía: «Solo hay una forma de alejar a Donald Trump del Despacho Oval: en las urnas«. La Casa Blanca, por su parte, se abstuvo de una reacción oficial inmediata, dejando que fuera la campaña de Biden la que se pronunciase.
El comunicado de la campaña de Biden enfatizó el valor de la ley y la justicia en Estados Unidos, independientemente de la posición o influencia de una persona. Señaló que «Donald Trump siempre ha creído erróneamente que nunca se enfrentaría a consecuencias por infringir la ley para su propio beneficio personal«. Además, alertó sobre la posible amenaza que Trump supone para la democracia americana y enfatizó que la única forma de mantener a Trump fuera de la presidencia es a través de las urnas.
Mientras tanto, los republicanos han mostrado su apoyo a Trump, cerrando filas y acusando a sus oponentes de persecución política. Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, defendió a Trump argumentando que el expresidente nunca ha dejado de luchar por el pueblo estadounidense. En su opinión, el juicio y el veredicto representan un día vergonzoso en la historia de Estados Unidos.
El exterior del tribunal donde se juzgó a Trump fue testigo de un desfile de congresistas y políticos republicanos que mostraron su apoyo al expresidente. Entre ellos se encontraba el propio Johnson y también Vivek Ramaswamy, que compitió con Trump en las primarias y ha mostrado sus aspiraciones a acompañarle como candidato a vicepresidente.
Las reacciones no se limitaron a políticos y líderes del partido. Varias personalidades notables del Partido Republicano expresaron mensajes similares de apoyo a Trump. Michael Whatley, presidente del Comité Nacional Republicano, acusó a sus oponentes de convertir el sistema judicial en un arma para atacar a Trump.
J.D. Vance, senador por Ohio, calificó el veredicto como una desgracia para el sistema judicial. Por su parte, Steve Scalise, el segundo republicano de mayor rango en la Cámara baja, dijo que la decisión era una derrota para los estadounidenses que creen en el principio legal fundamental de que la justicia es ciega.
Sarah Huckabee Sanders, la gobernadora de Arkansas y exsecretaria de prensa de Trump, calificó el proceso como un juicio farsa motivado políticamente y expresó su creencia de que Trump sería el próximo presidente. Por otro lado, el exgobernador de Maryland, Larry Hogan, pidió respeto al veredicto y al proceso legal independientemente del resultado.
Por parte de los demócratas, el líder de la minoría en la Cámara de Representantes pidió respeto al veredicto y reafirmó el imperio de la ley en Estados Unidos.
Este veredicto y las reacciones que ha suscitado muestran la alta polarización política en Estados Unidos y la fuerza con la que ambas partes defienden sus puntos de vista. Mientras los demócratas ven en el veredicto una afirmación de la primacía del estado de derecho, los republicanos lo consideran una persecución política injusta.