El pasado jueves, la Ciudad de México fue testigo de un evento sin precedentes en la historia de las elecciones presidenciales. La principal plaza de la ciudad, el Zócalo, se llenó de simpatizantes y seguidores para apoyar a Claudia Sheinbaum, la candidata que, según las encuestas, lidera la contienda electoral y se perfila para convertirse en la primera mujer en ocupar la Jefatura del Estado de México.
La candidata oficialista, respaldada por más de medio millón de personas, se dirigió a la multitud desde un escenario ubicado frente al Palacio Nacional. Su discurso, lleno de convicción y confianza en su victoria, resonó en toda la plaza, marcando el cierre de su campaña.
«Hay ánimo, hay alegría que se propaga, esperanza que se respira por todo nuestro territorio y que nos dice que este 2 de junio una vez más vamos a hacer historia. Del Zócalo a la victoria», declaró Sheinbaum con firmeza.
Según la encuesta nacional más reciente de El Financiero, Sheinbaum tiene una intención de voto del 52%. En comparación, su contrincante más cercana, Xóchitl Gálvez, quien lidera la coalición opositora Fuerza y Corazón por México, tiene un 38%. Mientras que Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, cuenta con el 10%.
La popularidad de Sheinbaum es innegable, así como sus posibilidades de ganar la presidencia el próximo domingo. Tras varias horas bajo el sol, los seguidores del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena) recibieron a la candidata con euforia, pidiendo autógrafos, selfies y estrechando sus manos.
Irma, propietaria de una papelería en la Ciudad de México, asistió al Zócalo para mostrar su apoyo a la ex jefa de Gobierno de la capital mexicana. Irma expresó su seguridad en que el domingo estaría de nuevo en la misma plaza para celebrar el triunfo de Sheinbaum.
La candidata, rodeada de sus aliados políticos, se dirigió a la multitud recordando los puntos más importantes de su programa, mostrando agradecimiento a sus seguidores y evidenciando su determinación frente a sus adversarios.
«Me comprometo con ustedes, con el pueblo de México, a gobernar con humildad pero con una profunda responsabilidad. Me comprometo a entregar mi alma, mi vida y lo mejor de mí misma por el bienestar del pueblo y la dignidad de la república y de la patria», expresó Sheinbaum.
La presencia del legado del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, al que Sheinbaum describió como «el mejor presidente de la historia de México», fue notable en sus palabras. Sheinbaum prometió honrar y recordar su manera de gobernar.
Entre los asistentes se percibía un gran fanatismo hacia el actual mandatario, quien inició su proyecto de Cuarta Transformación del país al ganar las elecciones en 2018. A pesar de las numerosas controversias y dificultades durante su mandato, la popularidad de López Obrador no ha sufrido grandes caídas.
Misael, un seguidor de Morena, expresó su apoyo a Sheinbaum y su deseo de continuidad de las políticas de López Obrador.
Sheinbaum, que hace algunos meses era percibida como una mujer rígida y no demasiado extrovertida, apareció transformada en el Zócalo, con una sonrisa permanente y el puño en alto, mostrándose convencida de que el domingo hará historia.