El jueves pasado, 14 destacadas figuras del movimiento prodemocracia de Hong Kong fueron condenadas por subversión en el proceso judicial más significativo desde la implementación de la ley de Seguridad Nacional por China en 2020. Esta ley se impuso en el territorio semiautónomo con la intención de silenciar a la disidencia. Los 14 acusados, junto con otros 31 que se habían declarado culpables anteriormente, podrían enfrentar penas que van desde tres años de cárcel hasta cadena perpetua. Las sentencias se anunciarán en una fecha posterior.
La represión se produjo luego de que la policía arrestara a estos 47 opositores hace más de tres años bajo la sospecha de «conspirar para subvertir el poder estatal». Los acusados habían participado en unas elecciones primarias informales en julio de 2020. En el amanecer del 6 de enero de 2021, se detuvo a 55 políticos y activistas de oposición en relación con esta convocatoria de elecciones no oficial. Estas detenciones son parte de un «plan perverso» para «paralizar» al Gobierno de Hong Kong y, por ende, socavar la seguridad nacional de China.
En un resumen del veredicto, los jueces Andrew Chan, Alex Lee y Johnny Chan argumentaron que si los acusados hubiesen tenido éxito, habrían creado una «crisis constitucional para Hong Kong» y habrían «interferido gravemente, perturbado o socavado el desempeño de los deberes y funciones del gobierno de Hong Kong».
La intención de los activistas era formar una coalición unitaria de oposición en el legislativo, dominado actualmente por candidatos «patrióticos» y partidarios de Pekín. Los cambios en las reglas electorales en 2021 implementaron un sistema de selección más estricto. Según la acusación, si la oposición hubiera controlado el consejo legislativo, habría podido vetar el presupuesto del gobierno y forzar al jefe del ejecutivo a aceptar las demandas presentadas por los manifestantes en 2019.
La mayoría de los acusados han estado detenidos desde el 28 de febrero de 2021. Entre ellos se encuentran políticos, académicos, periodistas, sanitarios y activistas, con edades comprendidas entre los 27 y 68 años. Este macrojuicio, que comenzó en febrero de 2023, se llevó a cabo sin jurado y estuvo a cargo de un panel de tres jueces seleccionados por el Gobierno de Hong Kong. Esta acción ha sido fuertemente criticada por Occidente y defensores de la democracia.
Sarah Brooks, directora de Amnistía Internacional para China, afirmó que esta condena masiva es el ejemplo más despiadado hasta la fecha de cómo se utiliza la ley de Seguridad Nacional de Hong Kong para silenciar a la disidencia.
La ley de Seguridad Nacional, redactada después de las protestas de 2019, ha reescrito el panorama político de Hong Kong y, según sus críticos, ha acabado con el régimen de libertades que China se había comprometido a garantizar al territorio autónomo hasta 2047.
Entre los acusados que se declararon no culpables se encuentran la periodista y activista Gwyneth Ho, famosa por retransmitir en directo un ataque a manifestantes prodemocracia en una estación de metro, y el exlegislador Leu Kwok-hung, activista progresista que comenzó su carrera política haciendo campaña contra el dominio colonial británico.
Lau Wai-chung y Lee Yue-shun, ambos exconsejeros de distritos, se han convertido en las dos primeras personas absueltas en este tipo de casos. Antes del veredicto de este jueves, 114 personas habían sido declaradas culpables de crímenes vinculados por la ley.
Human Rights Watch también criticó las condenas, argumentando que los líderes prodemocracia fueron procesados “por activismo pacífico” y que el veredicto muestra “un desprecio total por los procesos políticos democráticos y el Estado de derecho”.
La gran mayoría de los acusados (31) se han confesado culpables de los hechos, una acción que normalmente conduce a una reducción de la sentencia en Hong Kong. Sin embargo, esta estrategia está en duda después de que otra ley local promulgada a principios de este año restringiera el acceso a sentencias reducidas por declaraciones de culpabilidad.
Entre estos acusados se encuentra Joshua Wong, conocido internacionalmente como el rostro de las protestas estudiantiles de la ciudad y tachado de “extremista” por los medios estatales chinos, y Benny Tai, exprofesor de derecho y uno de los ideólogos de las movilizaciones que dieron pie al conocido como Movimiento de los Paraguas de 2014, además de promotor de las elecciones primarias.