El histórico Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés), partido político que ha liderado el panorama político de Sudáfrica durante las últimas tres décadas, se enfrenta a sus elecciones más inciertas este miércoles. Las encuestas indican que, por primera vez desde 1994, el apoyo al ANC podría caer por debajo del 50% de los votos, lo que provocaría la pérdida de la mayoría absoluta en el parlamento y obligaría al partido a formar coaliciones para reelegir a su candidato y actual presidente, Cyril Ramaphosa.
A lo largo de los últimos años, el ANC ha experimentado una lenta pero constante disminución en el apoyo electoral. En las elecciones generales de 2014, el partido obtuvo un 62% de los votos, pero vio sus resultados caer al 57% en 2019 y hasta el 46% en las elecciones locales de 2021. Las últimas encuestas pronostican que el ANC recibirá el respaldo de solo el 44% de los sudafricanos en las próximas elecciones, en las que están llamados a votar unos 28 millones de ciudadanos.
El desempleo es una de las principales razones detrás del descontento de los sudafricanos. Sudáfrica enfrenta una alarmante tasa de desempleo del 33%, y la mitad de sus jóvenes están sin empleo. La inseguridad laboral ha provocado un aumento en la delincuencia, y los cortes frecuentes de agua y electricidad en las principales ciudades han minado la paciencia de muchos ciudadanos. La corrupción política también es una de las mayores preocupaciones de los votantes y una de las razones detrás de la caída en el apoyo al ANC.
Tres partidos políticos principales amenazan la dominación del ANC en la política sudafricana. La mayor fuerza opositora, la Alianza Democrática (DA), liderada por el candidato blanco John Steenhuisen, podría obtener hasta el 27% de los votos según las encuestas. El partido fundado por el expresidente Jacob Zuma, uMkhonto weSizwe (MK), podría llevarse entre el 8% y el 13% de los votos, a pesar de la ausencia de Zuma en la candidatura debido a problemas legales. El tercer competidor es el grupo de izquierdas Luchadores por la Libertad Económica (EFF) de Julius Malema, a quien sus rivales acusan de ser un radical que promueve la violencia.
A pesar de las crecientes críticas y controversias, el ANC sigue siendo el partido con más respaldo en Sudáfrica. Ramaphosa, quien logró superar una investigación por corrupción en 2022, sigue siendo el candidato para la reelección del ANC. Después de 30 años en el poder, el ANC sigue siendo una potente maquinaria política, aunque su dominio se está viendo amenazado.
Las políticas propuestas por los partidos en estas elecciones reflejan la diversidad de opiniones en la política sudafricana. Los líderes del ANC prometen crear hasta cuatro millones de puestos de trabajo y combatir la inmigración irregular. La DA propone políticas neoliberales, incluyendo la privatización de empresas públicas para sacar a seis millones de sudafricanos de la pobreza. El EFF de Malema propone la expropiación de tierras de propietarios blancos y la nacionalización de bancos y empresas mineras. Los seguidores de Zuma buscan otorgar más poder a los líderes tradicionales.
La guerra en Gaza también ha influido en la campaña electoral. El gobierno sudafricano ha liderado la denuncia contra Israel ante la justicia internacional y muchos sudafricanos sienten una fuerte conexión con la causa palestina. En un mitin reciente en Soweto, Ramaphosa entusiasmó a sus seguidores con el eslogan «Palestina libre, desde el río hasta el mar, Palestina será libre». En el caso de que el ANC no consiga la mayoría de los votos, el partido tendrá que buscar alianzas con sus rivales para mantenerse en el poder.