El escenario financiero chileno se encuentra en plena ebullición en lo que respecta a la gestión de activos en infraestructura. Sacyr, la multinacional española, está a punto de vender su participación en varios proyectos estratégicos en el país. Entre estos se encuentra el Hospital Leonardo Guzmán de Antofagasta, el Aeropuerto El Tepual de Puerto Montt y cinco concesiones de carreteras, de las cuales dos están en la Región de Coquimbo. En concreto, nos referimos a la ruta 43 entre Coquimbo y Ovalle, y la autopista entre La Serena y Vallenar, también conocida como Ruta del Algarrobo.
El interés por dichas concesiones ha sido notable, con cuatro posibles compradores en la carrera, todos ellos extranjeros. Se trata de tres administradoras de concesiones y una institución de inversión colectiva que han presentado ofertas no vinculantes. El valor de estas concesiones se estima en aproximadamente 400 millones de dólares.
En mayo, se espera que se revele quién se quedará con la participación de Sacyr en la administración de estos activos. Sin embargo, este anuncio ha generado inquietud entre la población, los gremios y algunas autoridades. Existe preocupación por posibles cambios en las condiciones de la ruta 43 y la ruta 5.
Ante estas dudas, Javier Sandoval, titular de la Secretaría Regional Ministerial de Obras Públicas, ha querido transmitir tranquilidad. Asegura que, a pesar de ser acuerdos entre empresas, se mantendrá la gestión de las autopistas dentro de los parámetros establecidos.
La venta de estas concesiones es un proceso que se inició por la totalidad de la sociedad matriz de las operaciones, Concesiones Viales Andinas SpA, Coviansa, llevada adelante por BTG Pactual. En un principio, había 15 interesados, entre fondos de inversión y operadores, que finalmente se redujeron a seis candidatos. Finalmente, a fines de marzo, tres administradores de concesiones y una institución de inversión colectiva presentaron ofertas no vinculantes.
Si nos centramos en qué es una concesión, según INFRAEX, se realiza a través de un proceso licitatorio. Las empresas interesadas presentan propuestas técnicas y económicas para obtener la administración de una iniciativa en particular. La ganadora asume la responsabilidad de financiar, construir y operar la infraestructura, a cambio de recibir ingresos provenientes de peajes u otros mecanismos establecidos en el contrato.
Estas concesiones ofrecen beneficios tanto para el Estado como para la empresa concesionaria. El Estado se beneficia al transferir el riesgo financiero y operativo al sector privado, evitando la necesidad de inversión pública directa. La concesionaria, por su parte, obtiene ganancias a largo plazo mediante la explotación de la infraestructura y la prestación de servicios asociados.
De esta forma, las concesiones permiten la construcción y administración de carreteras, túneles y peajes, asegurando la eficiencia y calidad en el transporte. En este caso, la gestión de la ruta 43 y la ruta 5, continuarán con su actividad normal, según las garantías dadas por el seremi de Obras Públicas.
En resumen, estamos ante un proceso de venta de concesiones que podría tener un impacto significativo en la gestión de infraestructuras clave en Chile. Sin embargo, las autoridades aseguran que se mantendrán las condiciones actuales, lo que debería tranquilizar a la población y a los gremios preocupados por posibles cambios en las condiciones de las rutas.