En la historia del fútbol inglés, especialmente en la Premier League, hay momentos que se han quedado grabados en la memoria colectiva de los aficionados. Uno de esos momentos sucedió en octubre de 1996, durante un partido que enfrentaba al Newcastle y al poderoso Manchester United. En ese partido, la afición del Newcastle, que aún recordaba el humillante 4-0 que habían encajado unos meses antes, vivió una especie de vendetta deportiva que quedó grabada en la historia del club y de la liga.
En medio de la euforia de ese 5-0 contra el Manchester United, se vivió un instante mágico: el balón llegó a Philippe Albert, un veterano defensa belga. Albert, en lugar de pasar la pelota, decidió avanzar, y en un movimiento que desafió todas las expectativas, picó la pelota con la izquierda, logrando un gol que dejó petrificado al guardameta Peter Schmeichel. Ese gol es recordado aún hoy como el gol de su vida y marcó su carrera y el espíritu de una ciudad.
Albert, que había llegado al Newcastle tras una destacada actuación en el Mundial de EEUU en 1994, encontró en Newcastle un lugar donde encajar a la perfección. Procedente del Charleroi, una de las ciudades más degradadas de Bélgica, Albert se sintió como en casa en el norte de Inglaterra, entre la clase trabajadora y los grises edificios industriales.
Después de su carrera futbolística, Albert comenzó a trabajar en una empresa hortofrutícola de un amigo. A pesar de haber sido un futbolista de éxito, Albert nunca tocó un céntimo de lo que había ganado en el campo y vivió una vida modesta y humilde. En 2012, comenzó a trabajar como analista para la televisión belga, donde se ha convertido en una de las referencias del fútbol local. Albert, con su bigote de la época y su polo gastado, es un personaje genuino y auténtico, querido por los aficionados.
Hoy en día, Albert pasa sus días cuidando los caballos y preparando los establos para el negocio ecuestre de su esposa. En sus intervenciones en televisión, Albert suele ser franco y directo, sin ocultar su desconcierto ante ciertos aspectos del fútbol moderno. Durante el Mundial de 2018, su exclamación «Je l’ai dit, bordel» («Os lo dije, carajo»), tras una remontada legendaria de los Diablos Rojos, se volvió viral.
Philippe Albert es, sin duda, un personaje singular en el mundo del fútbol. Con su sencillez y autenticidad, se ha convertido en un símbolo de resistencia al fútbol moderno de millones y peinados extravagantes. En una época en la que el fútbol parece estar cada vez más alejado de sus raíces populares y obreras, personajes como Albert nos recuerdan que el fútbol es, en última instancia, un juego sencillo y hermoso, que debe ser jugado con pasión y disfrutado por todos.