El mundo del baloncesto se encuentra en duelo ante la pérdida de Bill Walton, un gigante de la NBA, que se distinguió tanto en la cancha como fuera de ella. Walton, ganador de dos anillos de la NBA y miembro del Salón de la Fama, falleció a los 71 años a causa de un cáncer. Su partida fue anunciada por la NBA, la liga que lo honró en dos ocasiones al incluirlo en su lista de los mejores jugadores de la historia.
El comunicado de la NBA reveló que Walton murió «tras una larga batalla contra el cáncer» y «rodeado de su familia». En palabras del comisionado de la NBA, Adam Silver, «Bill Walton era realmente único (…) Redefinió la posición de pívot con sus singulares habilidades». Walton, quien fue un querido miembro de la familia de la NBA durante medio siglo, será profundamente extrañado por todos aquellos que llegaron a conocerle y a quererle.
Walton inició su carrera brillante como estrella colegial en la universidad de California en Los Ángeles (UCLA). A pesar de que su trayectoria en la NBA fue corta, fue extraordinaria. Fue elegido con la primera selección del Draft de 1974 por los Portland Trail Blazers, y Walton no decepcionó.
En 1977, este intimidante pívot de 2,11m de altura lideró a los Portland Trail Blazers hasta el único título de su historia. Fue elegido MVP (Jugador Más Valioso) de las Finales frente a los Philadelphia 76ers de Julius Erving. En 1978, Walton fue nuevamente reconocido al ser elegido MVP de la temporada y ya sumaba dos presencias en el Juego de las Estrellas (All-Star).
Walton, además de ser conocido por su dominio del juego, también era reconocido por su inconfundible aire hippie, siempre luciendo una cinta en la frente para domar su melena pelirroja. Activista contra la guerra de Vietnam, Walton demostró su resistencia y habilidades en la cancha batallando con éxito contra gigantes del deporte como Kareem Abdul-Jabbar. Sin embargo, su carrera se vio interrumpida por continuas lesiones, especialmente problemas crónicos de pie.
Estos problemas de salud le generaron conflictos con los Blazers y lo llevaron a pasar toda la siguiente temporada en blanco. En 1979, Walton abandonó Portland y se mudó a San Diego, hogar entonces de los Clippers. En esta franquicia militó durante seis años, pero en dos de ellos también estuvo fuera de juego por lesiones. Los Clippers expresaron su pesar por la pérdida de Walton, quien fue «uno de los mejores jugadores y personalidades que esta franquicia, este deporte y esta región han conocido jamás».
En su última etapa en la liga, Walton defendió el uniforme de los emblemáticos Boston Celtics, con los que alzó su segundo campeonato en 1986. Aunque el líder del equipo era el mítico Larry Bird, Walton aún se reservó un rol clave y fue reconocido con el premio al Mejor Sexto Hombre del curso.
Tras jugar 10 temporadas en la NBA, Walton se retiró con promedios de 13,3 puntos, 10,5 rebotes, 3,4 asistencias y 2,2 tapones y comenzó otra exitosa trayectoria de dos décadas como comentarista televisivo. Entre muchos otros reconocimientos, Walton integró la lista de los 50 mejores jugadores de la historia que la NBA elaboró en 1996 al cumplir medio siglo de existencia. En 2021 repitió presencia en ese exclusivo club, entonces ampliado a 75 jugadores.
Su legado continúa a través de su hijo Luke, quien también jugó en la NBA entre 2003 y 2013 logrando dos anillos con los Ángeles Lakers, franquicia a la que dirigió como entrenador entre 2016 y 2019.