A menudo, los accidentes de tráfico que implican a ciclistas y peatones tienen lugar en cruces o intersecciones de carreteras urbanas. La imprudencia de los ciclistas, peatones o conductores puede desembocar en situaciones de riesgo cuando todos confluyen en un mismo punto. Sin embargo, ¿qué pasaría si se pudiera redistribuir a cada uno de estos actores de la vía por diferentes rutas? Esta es la premisa básica de una nueva solución que ha surgido en Holanda y que ya se está implementando en otros países, como Estados Unidos.
Una solución proveniente de un país referente en el uso de la bicicleta
No es sorprendente que esta solución innovadora provenga de los Países Bajos, dada su amplia red de carriles para bicicletas. Solo en su capital, Ámsterdam, existen más de 400 kilómetros de carril bici, claramente demarcados con un logo de bicicleta y líneas blancas. En años anteriores, las primeras rotondas holandesas ya se habían implementado en varias ciudades de España, como Bilbao y Logroño. Esto resulta curioso, ya que ninguna de estas ciudades se encuentra en el Top 10 de ciudades españolas con más metros de carril bici por habitante – la líder en este aspecto es Albacete con 1,10 metros por habitante, según Biwbik.
Las intersecciones holandesas van un paso más allá en la seguridad vial, como señalan nuestros colegas de Motorpasión. Estas intersecciones cuentan con un carril bici y un paso de peatones convencionales, pero se añade un arcén separado que mantiene a los peatones y personas con movilidad reducida alejados de la posible trayectoria de los vehículos. Además, se disponen medianas que separan un carril de otro en sentido contrario.
El diseño de estas medianas con forma de medialuna tiene la intención de ralentizar a los coches, haciendo la intersección más segura.
Protected Intersections For Bicyclists es un video que destaca el proyecto en Vimeo.
La mediana no solo sirve para separar físicamente los vehículos de los peatones o ciclistas, sino que también contribuye a la seguridad obligando al vehículo a ralentizar al realizar el giro. Al ser una curva más cerrada, este arcén hace que los vehículos tengan que pasar mucho más lento que si lo hicieran en una intersección convencional.
En la actualidad, tanto el carril bici como el paso de cebra estarían adecuadamente separados, en este caso rodeando en forma de cuadrado la intersección de manera que pasarían más por el exterior. En lugar de que el carril bici vaya al lado del carril de los vehículos, este estaría separado por el acerado a una distancia de un coche de ancho.
¿En qué orden se enciende el semáforo en estas intersecciones?
Cómo funcionaría el semáforo? Es sencillo: en una fase se mueven los vehículos que van en un sentido paralelo, en la siguiente se detienen los vehículos y los ciclistas pueden circular en paralelo, perpendicular e incluso realizar un cambio de sentido. En la fase siguiente, los vehículos ya podrían iniciar la marcha tanto siguiendo en la misma dirección como realizando un giro.