Von der Leyen contempla dejar de lado la cartera verde si continúa liderando la Comisión | Elecciones europeas 2024

EL PAÍS

La próxima Comisión Europea parece no considerar la agenda verde como una de sus principales prioridades, a pesar de las crecientes preocupaciones mundiales sobre el cambio climático y la sostenibilidad. Esta agenda, que ha sido objeto de críticas de políticos conservadores, agricultores y empresarios, es un tema polémico para varios Estados miembros. Ursula von der Leyen, que se postula para liderar el Ejecutivo comunitario durante otros cinco años, parece estar tratando de neutralizar la cartera verde dentro de la reorganización de los nuevos equipos.

La española Teresa Ribera, conocida por su compromiso con la agenda verde, podría ser relegada en este nuevo diseño. No obstante, Ribera, que se posiciona como la próxima comisaria española, tiene como objetivo aspirar a una poderosa vicepresidencia comunitaria que combine Energía y Clima, en un modelo similar al que actualmente lidera como vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.

El presidente Pedro Sánchez, que fue el negociador de los socialdemócratas en el reparto de 2019 y aseguró para España el tercer puesto más importante, tendrá que maniobrar habilidosamente para apoyar una gran vicepresidencia para Ribera y aumentar la influencia de su país en la UE en la próxima legislatura.

En la negociación de 2019, Francia e Italia no lo lograron. Thierry Breton, comisario de Mercado Interior, y Paolo Gentiloni, de Economía, están bajo el paraguas de la vicepresidencia que ostenta el letón, Valdis Dombrovskis, del Partido Popular Europeo (PPE).

Von der Leyen, que es quien realmente maneja la Comisión Europea más presidencialista, busca un esquema similar para la agenda verde. La legislatura anterior tuvo una potente vicepresidencia —Pacto Verde— en manos del socialdemócrata Frans Timmermans, que aspiraba a liderar el Ejecutivo comunitario.

Las nuevas prioridades serán la competitividad de la Unión, que tendrá que hacer frente al gran proteccionismo de Estados Unidos y al empuje de China. Este último país inunda el mercado europeo con sus productos, apoya a sus empresas con subvenciones estatales y representa un obstáculo para las compañías europeas, además de ser el principal proveedor de elementos esenciales para la transición verde europea.

Las carteras de Economía y Presupuestos también serán cruciales, ya que se espera una gran reorganización de la política de cohesión y de la Política Agrícola Común. Si repite en el cargo, Von der Leyen quiere dar más peso a Defensa, con un comisario específico para el que ya se mencionan nombres de los países del este de Europa.

Ribera, cabeza de lista del PSOE para las europeas, es una veterana de Bruselas y conoce bien las instituciones, los equilibrios de partidos y organismos y el reparto de puestos y competencias. Aspira a un paraguas amplio que englobe las cuestiones energéticas y lo relacionado con la crisis climática.

En un Parlamento Europeo que, según los sondeos, virará a la derecha, centrarse solo en la agenda verde podría limitar la capacidad de maniobra de Ribera.

La presidencia de la Comisión, propuesta por el Consejo Europeo y que debe ser confirmada por el Parlamento Europeo, selecciona a los vicepresidentes y comisarios conforme a las sugerencias de los Estados miembros. Estos cargos deben ser aprobados en el Consejo Europeo y por el comité parlamentario responsable de la cartera propuesta. El Partido Popular Europeo podría activarse para intentar derribar a Ribera, advierten fuentes europarlamentarias.

El papel de los vicepresidentes y comisarios no es solo impulsar la legislación e iniciativas comunitarias. También son una importante palanca de los Estados miembros en la Comisión Europea. Esta legislatura, empresarios españoles y lobbies han criticado que Borrell no ha sido esa palanca para España.

Una vicepresidencia, o una cartera potente, aunque sea menos vistosa, puede permitir a España estar más atenta a las decisiones colegiadas del Ejecutivo comunitario y de la maquinaria de Bruselas, opinan fuentes comunitarias.

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