El sábado pasado, un acontecimiento alarmante sacudió a los pasajeros del metro de Nueva York. Un hombre, ahora bajo custodia de la policía, prendió fuego a un líquido en una taza y se la arrojó a otro pasajero, resultando en la camisa de este último prendida en llamas y heridas significativas.
El ataque, que ocurrió en un tren número 1 en el bajo Manhattan, ha sido calificado por las autoridades como aleatorio. Según la policía de la ciudad, el sospechoso ya está bajo custodia. A pesar de la naturaleza desalentadora del incidente, los pasajeros pueden sentirse aliviados de que el sospechoso haya sido capturado tan rápidamente.
La víctima del ataque es un joven de 23 años que, a pesar de sus heridas, está en recuperación en un hospital local. Según un informe del New York Post, el joven relató cómo protegió a su prometida y a su prima del líquido en llamas, lo que provocó que su camisa se incendiara. Mostrando una valentía increíble en medio de un evento traumático, el hombre logró sofocar el fuego golpeándose la ropa con las manos. Los médicos le informaron que las quemaduras cubren aproximadamente un tercio de su cuerpo.
El sospechoso, un hombre de 49 años, fue arrestado después de que la policía rastreó un teléfono que supuestamente robó a otro usuario del metro. Aunque la policía no ha anunciado los cargos contra el hombre, es seguro asumir que enfrentará consecuencias legales significativas por sus acciones.
Lo que es especialmente preocupante es que este incidente no es el primero de su tipo. La policía también está investigando un incidente similar en febrero, cuando un hombre arrojó un recipiente con un líquido en llamas a un grupo de personas en un andén del metro en la estación West 28th Street.
A pesar de que los crímenes violentos son inusuales en el sistema de metro de la ciudad, que atiende a unos 3 millones de pasajeros por día, otros incidentes notables este año han dejado a algunos pasajeros en vilo. Entre estos, la muerte de un hombre que fue empujado a las vías en East Harlem en marzo y algunos tiroteos han contribuido a un ambiente de inseguridad creciente en el sistema de metro de la ciudad.
En respuesta a estos incidentes, la gobernadora Kathy Hochul anunció en marzo que cientos de miembros de la Guardia Nacional serían desplegados en el sistema de metro para reforzar la seguridad. Además, la policía de la ciudad ha anunciado que se desplegarán 800 agentes adicionales en el metro para disuadir a los que ingresan sin pagar, en un esfuerzo por aumentar la seguridad y la vigilancia.
Este incidente subraya la necesidad de medidas de seguridad más estrictas en el sistema de transporte público de la ciudad. A pesar de que el sospechoso está bajo custodia, los incidentes como este pueden tener efectos duraderos en la percepción de seguridad de los pasajeros. Es imperativo que las autoridades tomen medidas para garantizar la seguridad de todos los que utilizan el sistema de metro de Nueva York.