El pasado domingo, el mundo del automovilismo presenció una exhibición de contrastes en el Gran Premio de Mónaco. El fervor y la velocidad que caracterizaron los primeros metros de la carrera se tornaron en cautela y estrategia por parte de los equipos y los pilotos. Sin embargo, lo que no se frenó fue la emoción de presenciar una de las victorias más populares en mucho tiempo en la Fórmula 1. Charles Leclerc emergió como el campeón incontestable, llevándose el triunfo en su ciudad natal ante el delirio del público y las autoridades. Oscar Piastri y Carlos Sainz se unieron al local en el podio, en una carrera que estuvo marcada por las decisiones tácticas y los incidentes en la pista.
La carrera comenzó con una variada elección de neumáticos por parte de los equipos. Ferrari, McLaren y RB optaron por los medios, mientras que Mercedes, Red Bull y Aston Martin montaron neumáticos duros. Leclerc tomó la delantera desde el principio, escapándose junto a Piastri. Sin embargo, Sainz sufrió un pinchazo después de intentar adelantar al australiano en Santa Devota. Este incidente se vio eclipsado por el choque entre Sergio Pérez y los Haas en la subida al Casino, que también involucró a Kevin Magnussen y Nico Hülkenberg. Este enfrentamiento forzó la aparición de la bandera roja, suspendiendo momentáneamente la carrera.
Tras el incidente, Sainz y Guanyu Zhou no pasaron por el primer sector, lo que llevó a la Dirección de Carrera a reorganizar la parrilla de salida. Esto permitió a Sainz recuperar su posición original en tercer lugar, anulando así su incidente con Piastri. Aquellos que comenzaron la carrera con neumáticos medios cambiaron a duros, y viceversa, en un giro de roles que añadió una capa extra de estrategia a la carrera. Esteban Ocon, que había chocado con Pierre Gasly dañando su fondo plano, no pudo retomar la salida junto con Pérez y los Haas.
La segunda salida de la carrera transcurrió sin incidentes. George Russell llegó a igualar a Norris en la subida, pero logró frenar a tiempo, evitando un posible choque. A partir de ese momento, la prudencia y la estabilidad se apoderaron de los pilotos, que optaron por conservar sus neumáticos y ahorrarse una parada en boxes, que podría haber sido fatal en el sinuoso trazado monegasco.
Max Verstappen se situó a un segundo y medio del Mercedes, con Lewis Hamilton a otros dos segundos del neerlandés. Valtteri Bottas decidió ir en contra de la norma y realizó una parada en boxes en la vuelta 16, logrando alcanzar a Zhou después de marcar varias vueltas rápidas. Sin embargo, Norris rozó el muro en Santa Devota, pero aun así logró mantener una distancia segura con Russell, que optó por una estrategia diferente, conservando sus neumáticos para intentar superar a los Ferrari y McLaren.
Lance Stroll paró en la vuelta 43, con suficiente espacio para salir delante de Alonso. Sin embargo, Stroll tocó el muro en la chicane y pinchó la rueda trasera izquierda, lo que le obligó a pasar por boxes nuevamente.
Hamilton paró en la vuelta 52, forzando a sus rivales a seguir su estrategia. Verstappen cambió sus Pirelli en la vuelta siguiente, consiguiendo la vuelta rápida con medio segundo de ventaja sobre el inglés. Mientras tanto, Sainz comenzó a perder ritmo con el paso de las vueltas, lo que permitió a Norris alcanzarle.
Logan Sargeant también tuvo un encuentro cercano con el guardarraíl de la Piscina mientras perseguía a Zhou, pero sin mayores consecuencias. Por su parte, Leclerc comenzó a escaparse mientras Piastri perdía tiempo y rendimiento, decidiendo concentrarse en mantener a Sainz detrás de él y conservar la segunda plaza.
Finalmente, Leclerc ganó ante su público en una de las victorias más populares de su carrera deportiva. Piastri y Sainz no se movieron y completaron el podio, mientras que Norris, Russell, Verstappen y Hamilton concluyeron la carrera en la misma vuelta que el monegasco. Yuki Tsunoda, Alex Albon y Gasly terminaron en la zona de puntos, aunque doblados. Alonso, Ricciardo, Bottas, Stroll, Sargeant y Zhou completaron el Gran Premio, mientras que Ocon, Pérez, Hülkenberg y Magnussen se retiraron en la caótica parte inicial de la carrera.