En un reto inusual, un modesto y confiable vehículo todoterreno de la época soviética, el UAZ 469, se ha enfrentado a un imponente Hummer H2 del siglo XXI en un terreno lleno de lodo y obstáculos. Con una potencia de motor de 72 CV frente a 400 CV y un motor de 4 cilindros frente a un V8, lo que parecía ser una competencia injusta terminó con un resultado sorprendente.
Los contendientes en esta batalla automovilística eran dos máquinas de diferentes eras y países. Por un lado, el UAZ 469, un compacto todoterreno ruso de 1971, que ha servido como ambulancia, vehículo de radio y vehículo militar, y que aún se vende en una versión moderna conocida como el Hunter. Enfrentándose a él, el mastodóntico Hummer H2, representando el poderío estadounidense.
La diferencia en el motor también era notable. El coche soviético estaba equipado con un sencillo motor de cuatro cilindros de 2.4 litros con una potencia de 72 CV, mientras que el Hummer contaba con un brutal motor V8 de 6.2 litros. Con casi 400 CV, parecía que la competencia estaba decidida. Sin embargo, el UAZ ruso fue diseñado para funcionar con combustibles de baja pureza, lo que significa que puede operar incluso con gasolina de baja calidad.
Para probar los límites de estos dos SUVs tan diferentes, los creadores del canal Garage 54 decidieron llevarlos a un bosque lleno de barro y charcos de agua. El desafío consistía en determinar cuál de estos vehículos, el compacto UAZ 469 de fabricación rusa o el imponente Hummer H2 estadounidense, tendría un mejor rendimiento en condiciones tan extremas.
La primera prueba consistió en escalar una colina resbaladiza cubierta de lodo espeso. El pequeño pero ágil UAZ logró avanzar hasta que su sistema de tracción se activó inesperadamente, haciendo que retrocediera varios metros. Sin embargo, finalmente logró llegar a la cima de la colina empinada.
Por otro lado, el Hummer H2 tuvo más problemas. A pesar de su gran tamaño y potencia, sus cuatro ruedas patinaban sin control sobre el suelo embarrado sin poder obtener tracción. Solo cuando el conductor desvió la trayectoria hacia un área menos fangosa, el vehículo estadounidense pudo finalmente escalar la colina.
Sin embargo, a medida que se adentraban en las profundidades del bosque, el terreno se volvía cada vez más traicionero. En un punto, el Hummer quedó completamente atascado, requiriendo la asistencia del compacto UAZ para ser remolcado y liberado del lodo.
Resultó sorprendente ver cómo el pequeño todoterreno ruso, a pesar de su tamaño reducido, se movía con la agilidad de una cabra montesa, aparentemente capaz de superar cualquier obstáculo con suma facilidad.
En el mundo de los vehículos todoterreno y 4×4, la potencia puede convertirse en un arma de doble filo. Aunque una mayor potencia generalmente significa más capacidad de tracción, también puede ser un obstáculo que dificulta la movilidad. Los vehículos con motores muy potentes, como el Hummer H2, tienen la ventaja de contar con motores de gran cilindrada y torque que pueden transmitir más fuerza a las ruedas. Sin embargo, su gran masa puede ser un obstáculo cuando el terreno es excepcionalmente blando o irregular.
Curiosamente, en estos escenarios, los vehículos 4×4 más livianos y compactos, como el UAZ 469, tienen una ventaja crucial. Su menor masa les permite «flotar» mejor sobre terrenos inestables sin hundirse tanto. Además, su menor peso por eje reduce el impacto y la compactación sobre el suelo blando.
Si bien estos vehículos ligeros sacrifican algo de potencia bruta, compensan con una excelente agilidad y maniobrabilidad. Pueden sortear obstáculos, escalar pendientes resbaladizas y atravesar lodazales con mayor facilidad gracias a su mejor relación peso-potencia, algo que hemos visto en la estación de esquí de Sierra Nevada, donde es común ver una gran cantidad de Fiat Panda 4×4 clásicos. Estos vehículos pequeños, ligeros, con ruedas estrechas y tracción a las cuatro ruedas, son auténticas cabras de montaña que pueden escalar y atravesar los terrenos más difíciles.