La paralización del puerto de Coronel durante 56 días ha dejado marcas trascendentales en la economía de Chile. Juan José Ugarte, el presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma), ha revelado que el impacto financiero de esta paralización ha sido significativo, con las ventas sufriendo un rezago de entre US$80 y US$90 millones. Además, ha habido una disminución en los aportes a la economía regional de aproximadamente US$50 millones.
Según El Mercurio, también se calculan unos US$30 millones en sobrecostos logísticos debido a la necesidad de redirigir la carga a otros puertos de salida, y una disminución adicional de US$20 millones en la facturación a proveedores de servicios. Estas cifras reflejan la magnitud del impacto de la paralización en la economía chilena.
Además de estos costos monetarios, hay daños adicionales que se están evaluando actualmente. Ugarte mencionó que se está verificando la cantidad de carga que se ha deteriorado por obsolescencia dentro del puerto durante la paralización. Aunque aún no se ha establecido un número definitivo, se espera que este daño ascienda a varios millones de dólares adicionales.
De acuerdo con Ugarte, aunque el puerto ha retomado sus actividades, “volver a la normalidad tomará su tiempo, al menos de 2 o 3 meses”. La producción, almacenamiento y cargas han tenido que ser redistribuidos para enfrentar la paralización, y este reajuste no será rápido ni sencillo. Y aunque las operaciones han comenzado a reanudarse, la situación dista mucho de ser la que era antes de la paralización.
Ugarte también expresó su preocupación por el daño a largo plazo a la reputación del puerto y a las relaciones comerciales de Chile. Según él, «no será lo mismo, ya que hay líneas navieras que han cambiado de puerto y, por sobre todo, con un prestigio desgastado frente a clientes importantes que confiaban en la calidad y seriedad de la oferta de productos forestales provenientes de Chile”.
El presidente de Corma lamentó que en lugar de concentrarse en mejorar la productividad y competitividad, el país está atravesando una crisis que impacta negativamente en estos aspectos. De hecho, “cuando deberíamos como país estar trabajando en productividad y competitividad, estamos transitando por el camino opuesto”, expresó.
El miércoles pasado, el puerto de Coronel retomó sus actividades comenzando con tareas de limpieza, ordenamiento y reparación de oficinas dañadas durante la movilización de los trabajadores eventuales.
En el futuro, se espera que la empresa concesionaria y los trabajadores establezcan una mesa de conversación. La instancia incluirá la participación del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, entre otras autoridades. La idea es revisar ciertas políticas, como la que se refiere a cuestiones de alcohol y drogas, que fue uno de los puntos que generó el malestar de los trabajos eventuales y la movilización.
Esta situación ha sido una gran prueba para la economía chilena y las partes involucradas en la gestión del puerto. El camino a la recuperación será largo y arduo, pero es esencial para la economía regional y nacional de Chile.