El Grupo Volkswagen ha expresado su preocupación recientemente sobre la posibilidad de que los Estados Unidos y Europa impongan aranceles más altos a los automóviles eléctricos procedentes de China. Según Arno Antlitz, jefe financiero y de operaciones del Grupo Volkswagen, la empresa no está de acuerdo con esta decisión, que considera cortoplacista. En lugar de imponer aranceles, Antlitz cree que la clave para mantener la competitividad financiera es reducir los costos de producción.
Esta preocupación surge en respuesta a las medidas que se están considerando tanto en Estados Unidos como en Europa de imponer aranceles a los automóviles eléctricos importados de China. Específicamente, estos aranceles podrían afectar a los automóviles con motores de 2.5 litros de cilindrada en adelante. La Organización Mundial del Comercio indica que los aranceles podrían llegar hasta un 25%.
Estas medidas podrían golpear con más fuerza a fabricantes occidentales como Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz, que no cuentan con producción propia en China y dependen de asociaciones con empresas locales. Los coches de lujo de estas marcas son especialmente vulnerables a los aranceles, ya que muchos de los modelos que se ven en China son importaciones. Volkswagen, por ejemplo, es la segunda marca con más vehículos matriculados en China, solo superada por BYD, el líder actual en vehículos eléctricos.
A pesar de los posibles aranceles, las alternativas chinas a los coches eléctricos occidentales seguirán siendo fuertes competidores en el mercado. Antlitz sugirió en una publicación de LinkedIn que las marcas europeas, en general, deben mejorar su competitividad en términos de costos de producción en los próximos dos o tres años. Este es el tiempo que estima que los fabricantes orientales podrían tardar en ganar más presencia en el mercado europeo.
Incluso con las medidas propuestas, el fabricante chino BYD planea vender su coche eléctrico económico, el Seagull, en Europa por menos de 20.000 euros. Para llevar esto a cabo, BYD planea establecer dos fábricas en el continente para competir con fabricantes occidentales como Renault y Volkswagen, así como con Stellantis y los coches Leapmotor T03 importados de China.
En los últimos años, las ventas de coches eléctricos de marcas chinas han ido en aumento. A finales de 2023, representaban el 8,6% de la cuota total de coches eléctricos, un salto considerable desde el 0,5% antes de la pandemia. La organización Transport & Environment predice que la cuota de coches eléctricos de marcas chinas podría llegar hasta el 20% para 2027, a medida que más marcas ingresen al mercado y lancen nuevos modelos competitivos.
En resumen, aunque el Grupo Volkswagen y otras marcas occidentales están preocupados por los posibles aranceles a los coches eléctricos chinos, también reconocen la necesidad de mejorar la competitividad en términos de costos de producción. Además, las marcas chinas seguirán siendo fuertes competidoras en el mercado de coches eléctricos, independientemente de las medidas arancelarias propuestas.