El Gobierno liderado por Gustavo Petro ha tomado una decisión trascendental en la política exterior de Colombia. Siguiendo las directrices del presidente, el país sudamericano ha optado por establecer una nueva embajada en Ramalá, la ciudad cisjordana que sirve como sede de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Esta medida ha sido anunciada por el ministro de Relaciones Exteriores, Luis Gilberto Murillo, quien con claridad afirmó que se instalará la representación de Colombia en Ramalá.
La elección de abrir una embajada en Ramalá llega como un movimiento estratégico tras la decisión de Bogotá de romper las relaciones diplomáticas con Israel. Esta decisión se produjo como respuesta a la ofensiva militar israelí que tuvo lugar en la asediada Franja de Gaza en octubre pasado. Esta cruenta agresión no solo ha aumentado las tensiones en la región, sino que ha llevado a Colombia a tomar una postura diplomática más firme.
En octubre de 2023, el propio Gustavo Petro informó personalmente al embajador de Palestina en Colombia, Raouf Al-Malki, sobre la voluntad de su gobierno de abrir una embajada en Ramalá. Esta conversación demuestra el compromiso del gobierno de Petro con la causa palestina y su intención de fortalecer los lazos entre ambos países.
Colombia ya había reconocido a Palestina como un «Estado libre, independiente y soberano«, una decisión tomada por el anterior Gobierno de Juan Manuel Santos en 2018. Esta proclamación ocurrió justo antes de que Santos entregara el cargo al entonces presidente Iván Duque, predecesor de Gustavo Petro. Con la apertura de esta embajada, el gobierno de Petro parece estar siguiendo la misma línea de pensamiento respecto a Palestina.
El conflicto israelí-palestino ha estado en el centro de atención internacional debido al creciente número de víctimas. Pese a los llamamientos internacionales a la tregua, la cifra de víctimas palestinas ha aumentado en las últimas semanas, superando los 35 700 muertos, según el Gobierno de Gaza. Este trágico escenario ha impulsado a países como Colombia a tomar medidas drásticas, como el rompimiento de las relaciones diplomáticas con Israel y la apertura de una embajada en Ramalá.
La decisión de abrir una embajada en Ramalá es un claro indicativo de la postura de Colombia en el conflicto israelí-palestino. Esta medida, junto con la ruptura de las relaciones diplomáticas con Israel, demuestra el apoyo de Colombia a Palestina y su desacuerdo con las acciones militares de Israel. En un escenario internacional cada vez más polarizado, esta decisión puede tener ramificaciones significativas para la posición de Colombia en la arena global.
La apertura de la embajada también puede ser vista como un intento de Colombia de aumentar su influencia en el Medio Oriente. Al establecer una representación diplomática en Ramalá, Colombia podría buscar fortalecer sus lazos con Palestina y potencialmente con otros países del mundo árabe. Esta estrategia diplomática podría ser un paso importante para Colombia en su intento de ampliar su red de relaciones internacionales.
A pesar de la decisión de Petro de abrir una embajada en Ramalá, la situación en Palestina es aún crítica. El conflicto con Israel continúa y las víctimas siguen aumentando. En este contexto, la medida de Colombia puede ser vista como un intento de aumentar la presión internacional sobre Israel para detener su ofensiva militar. Sin embargo, solo el tiempo dirá si esta decisión tendrá el impacto deseado y contribuirá a la resolución del conflicto.