El mundo de la telenovela chilena se encuentra en estado de shock tras las acusaciones de abuso sexual presentadas por Rafaella Di Girolamo contra su ex padrastro, el actor Cristián Campos. El escándalo sacude a la comunidad actoral y pone en tela de juicio la conducta de uno de los rostros más famosos de la televisión.
La historia comienza en 1981, cuando Campos y Claudia Di Girolamo se conocieron en el set de la popular telenovela “La Madrastra”, producida por UC TV. En aquel entonces, Di Girolamo interpretaba a una de las hijas de la protagonista y comenzó un romance con Campos, el actor que daba vida al personaje de Greco Molina. La telenovela alcanzó altísimos índices de audiencia, llegando a los 80 puntos de rating.
Rafaella, la hija de Di Girolamo, tenía tres años cuando comenzó la relación entre su madre y Campos. Más tarde, la pareja tuvo a Pedro y Antonio, completando la familia. Sin embargo, en 1994, la relación entre Campos y Di Girolamo llegó a su fin sin dar mayores explicaciones al público.
Treinta años después, Rafaella Di Girolamo, ahora de 46 años, presentó una querella contra su ex padrastro a través de la Fundación para la Confianza. La organización reveló en sus redes sociales que los abusos habrían ocurrido durante la infancia de Rafaella, cuando Campos, siendo un adulto responsable y garante de sus derechos, habría abusado de su posición de autoridad para confundir, controlar y cometer abusos contra ella.
La familia Di Girolamo apoyó a Rafaella a través de una carta en la que detallaron que los abusos comenzaron cuando ella tenía 13 años y se prolongaron hasta sus 16 o 17 años. Campos, en su defensa, declaró sentirse tratado como un “mal bicho” y se declaró inocente, afirmando que se defenderá con todas sus fuerzas ante lo que considera una injusticia.
Campos, quien actualmente interpreta a Tomás en “Verdades Ocultas”, figura como querellado ante la justicia chilena por abuso sexual. Sin embargo, el abogado penal especialista en delitos sexuales, Nelson Salas Stevens, explica que Campos no irá a prisión porque los abusos que se le imputan en la querella son todos anteriores al año 2005, fecha en que se dictó que los delitos sexuales son imprescriptibles.
Según Salas, la reforma al código penal que declara la imprescriptibilidad de los delitos sexuales no se aplica de forma retroactiva. Esto significa que los abusos que Rafaella acusa han prescrito, ya que han pasado más de 10 años desde que fueron cometidos hasta que fueron denunciados.
El juez del 34° Juzgado del Crimen, Edgardo Gutiérrez, será el encargado de investigar la querella contra Campos. A pesar de que los hechos están prescritos, el juez tiene la obligación de dictar una sentencia que justifique su decisión, aunque esta no pueda ser ejecutada.
A pesar de la imposibilidad de condenar a Campos, Salas sostiene que presentar una querella por hechos prescritos puede tener un “efecto reparador” para la víctima. Si bien no habrá sanción penal, la víctima puede sentir que se hace justicia al hacerse públicos los hechos y recibir apoyo.
Incluso si es hallado culpable, Campos no pasará ningún día en la cárcel debido a la prescripción de los hechos. Sin embargo, Di Girolamo podría recurrir a una instancia civil para ser indemnizada. Esta reparación podría ser económica o incluso podría implicar una disculpa pública, siempre y cuando esto sea acordado con el acusado. En ninguna de las instancias existe una pena que lleve a Campos a ser privado de libertad o a presidio.