El prestigioso medio científico, la revista Nature, con más de 150 años de historia en publicar investigaciones de alta calidad en diversas disciplinas, ha revelado una asombrosa investigación que sugiere que menos de dos centenares de mamíferos son capaces de neutralizar las emisiones de CO2 de 2 millones de automóviles. Esta afirmación, sorprendente a primera vista, se basa en una investigación financiada por la Global Rewilding Alliance y realizada por expertos de la Escuela de Medio Ambiente de Yale, que han desarrollado un modelo que muestra cómo los hábitats de los renacientes bisontes europeos pueden absorber cantidades significativas de carbono.
Es interesante notar cómo la naturaleza puede ser más efectiva que las tecnologías de compensación de carbono desarrolladas a lo largo de las últimas décadas. La reintroducción de especies animales, por ejemplo, puede tener beneficios inesperados. En este caso, se ha demostrado que los bisontes europeos, que han vuelto a deambular libremente por el monte Tarcu en Rumania tras 200 años de extinción en la región, pueden cambiar drásticamente el curso del cambio climático.
La investigación concluye que estos enormes mamíferos, que habitan en el centro y este de Europa, son útiles para la ansiada reducción del efecto invernadero. Su actividad supone una alternativa para revertir la acción del CO2 emitido por los coches con motores de combustión interna. Más específicamente, se ha establecido que unos 170 bisontes europeos pueden remodelar un ecosistema y alterar el curso del cambio climático de manera notable.
Este proyecto de recuperación de fauna autóctona comenzó en 2014 al sur de los Cárpatos con el objetivo de volver a tener hasta 450 ejemplares en la zona. Durante la expansión de este animal gigante, los científicos han demostrado que su pastoreo en casi 50 km2 tiene el potencial de capturar cerca de 2 millones de toneladas adicionales de CO2 cada año. Esta cifra equivale a las emisiones anuales de 1,9 millones de automóviles con motor de gasolina, lo que se traduce en una solución inesperada, además de ser la más verde, barata y efectiva para hacer frente al calentamiento global.
Pero, ¿cómo logran estos animales paliar el cambio climático? Según el profesor Oswald Schmitz, titular en la Escuela de Medio Ambiente de Yale, los bisontes europeos influyen en los ecosistemas de pastizales y bosques de varias maneras. Al pastar los prados de manera uniforme, reciclan nutrientes para fertilizar el suelo, dispersan semillas para enriquecer el hábitat y compactan la superficie para evitar que se libere el carbono almacenado bajo la misma debido a su gran peso.
Restaurar la dinámica original de este territorio puede devolver el equilibrio a la zona y convertir a estos formidables seres en verdaderos «héroes climáticos», asegura el científico. Además, estos mamíferos y su comportamiento natural son claves para mantener paisajes que garanticen la venida de turismo y la biodiversidad.
Más allá de los beneficios ecológicos, la recuperación del bisonte europeo garantiza otras ventajas colaterales. Entre ellas, se incluye el auge y mantenimiento de varias empresas, como las que se dedican a la reconstrucción del área o las visitas nacionales o extranjeras. Así, este estudio abre una nueva serie de opciones para los responsables de las políticas climáticas de todo el mundo.
En este momento, el equipo de investigación está analizando el impacto de otras especies en otras regiones. Esto significa que este enfoque basado en la naturaleza para combatir el cambio climático podría tener aún más potencial del que inicialmente se pensaba.