El arduo trabajo de la mesa de coordinación de la oposición ha estado generando resultados, logrando resolver más del 65% de la plantilla de candidatos únicos para más de 250 municipios en todo el país. A pesar de este progreso, todavía hay comunas importantes cuya resolución ha presentado desafíos.
Las disputas en Lo Barnechea y Las Condes han sido ampliamente discutidas, y ahora se suma a la lista la comuna de Recoleta. En este lugar, un largo listado de figuras prominentes de la oposición ha sido mencionado como posibles candidatos. Entre los nombres destacados se encuentran Joaquín Lavín, Mario Desbordes, Felipe Ward y Cecilia Pérez. Hasta la fecha, solo la candidatura de Ruth Hurtado, del Partido Republicano (PR), ha sido confirmada oficialmente.
Cada dos o tres semanas emerge un nuevo nombre, especialmente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), como potencial candidato para competir con Hurtado y el aspirante del Partido Comunista, Fares Jadue.
Las negociaciones se han vuelto cada día más complejas. Tanto que el presidente del partido fundado por José Antonio Kast, Arturo Squella, ha llegado a describir la mesa de coordinación como «con una suerte de respirador artificial».
Las reuniones continúan, con el objetivo de presentar un candidato único, al menos para las capitales regionales y provinciales. Sin embargo, la tensión ha llegado a tal punto que se ha considerado cortar relaciones más de una vez.
Algunos señalan que la inflexibilidad de la UDI, que se niega a ceder en zonas consideradas “históricas del mundo gremial”, es una de las causas de esta tensión. Otros, en cambio, argumentan que es el Partido Republicano quien prefiere no tener una lista común para gobernadores debido a la existencia de la segunda vuelta electoral.
Es evidente para todos los miembros de la mesa de coordinación que la creciente influencia del Partido Republicano amenaza los resultados electorales de la UDI. Esto se debe a que comparten en gran medida el electorado de la “derecha dura”.
Las relaciones entre las secretarías de ambas colectividades, Ruth Hurtado (PR) y María José Hoffmann (UDI), se han tensado considerablemente. A pesar de la intervención de Felipe Salaberry, ex subsecretario de Desarrollo Regional, las negociaciones no han mejorado.
La UDI tiene tres facciones: una más colaborativa liderada por Javier Macaya, una piñerista representada por Salaberry y la más dura, encabezada por Hoffmann. La UDI se encuentra enfrentando problemas no solo con el Partido Republicano, sino también con Renovación Nacional (RN).
Por otro lado, la relación entre RN y el Partido Republicano es bastante diferente. Figuras históricas y candidatos emergentes como Cecilia Pérez y Karla Rubilar han expresado su apoyo a Ruth Hurtado. José Antonio Kast no ha dudado en señalar que Mario Desbordes es una buena opción para Santiago.
El ingreso de Amarillos y Demócratas a la mesa de cooperación fue un gesto aplaudido por la derecha. Estas agrupaciones, compuestas por figuras que han sido parte del histórico centro en la política chilena y que trabajaron en los gobiernos de la Concertación y Nueva Mayoría, recibieron un amplio reconocimiento por su decisión.
Sin embargo, Amarillos y Demócratas, siendo colectividades nuevas con pocos años de historia y una militancia reducida, han sentido que en las negociaciones con partidos más grandes quedan relegados a un segundo plano. En las últimas reuniones, han expresado su molestia, ya que no quieren ser considerados como el “arroz graneado” de la mesa, sino que aspiran a ser “plato principal” en muchas comunas.
Al final, es evidente que la relación más fluida es con Evópoli. Comparten una mayor coincidencia en su forma de pensar y en la manera de manejar el país. Sin embargo, ven difícil concretar un pacto más allá de una omisión estratégica en algunas comunas, y no han avanzado hacia una lista común de concejales. Aun así, todo podría cambiar en el futuro.