El Gobierno de Irán ha anunciado este martes que declarará dos días de vacaciones esta semana debido a una ola de calor “sin precedentes” que está afectando al país. La decisión fue tomada como una medida para proteger la salud de los ciudadanos, especialmente de aquellos que son más vulnerables a condiciones climáticas extremas.
A partir de mañana miércoles, Irán experimentará un feriado nacional de dos días, que implicará el cierre de oficinas gubernamentales, bancos y escuelas. Este cierre no solo afectará al sector público, sino que también se extenderá al sector privado, de acuerdo con lo que comunicó el portavoz del Gobierno iraní, Ali Bahadori Yahromi.
“Debido a la ola de calor sin precedentes de los últimos días, y para proteger la salud de los ciudadanos, el Gobierno ha aceptado la propuesta del Ministerio de Salud de declarar como festivos en todo el país el próximo miércoles y jueves”, expresó Yahromi. Esta medida sin precedentes evidencia la gravedad de la situación y la preocupación del gobierno por la salud de su población.
Además, el Ministerio de Salud iraní ha asegurado que los hospitales estarán en alerta máxima durante estos días. Ha instado a los ancianos y a las personas con problemas de salud a que permanezcan en sus casas, ya que son los grupos más vulnerables a las altas temperaturas.
La ola de calor que está afectando a Irán ha sido especialmente intensa. Muchas ciudades y pueblos de Irán se han sofocado durante días con un calor de hasta 40 °C (104 °F), con el mercurio subiendo incluso a 50 °C (122 °F) en las provincias del sur. Estas temperaturas extremas no solo son incómodas, sino potencialmente peligrosas, y pueden provocar problemas de salud graves, como insolación y deshidratación.
Este año ya ha sido testigo de récords de calor en todo el mundo, con consecuencias devastadoras. Los incendios forestales se han descontrolado en diferentes regiones del mundo, incluyendo Europa, como resultado de estas temperaturas extremas.
Las olas de calor no solo representan una amenaza para la salud humana, sino que también tienen un impacto significativo en el medio ambiente y en la economía. Pueden causar sequías y otros desastres naturales, dañar los cultivos y el suministro de agua, y aumentar la demanda de energía para la refrigeración.
Las olas de calor como la que está experimentando Irán son cada vez más comunes y severas debido al cambio climático. Los científicos advierten que a medida que las temperaturas globales siguen aumentando, estos eventos extremos se volverán cada vez más frecuentes y potencialmente más mortales.
En este contexto, las medidas tomadas por el gobierno de Irán destacan la importancia de adaptar nuestras sociedades y sistemas de salud a las realidades cambiantes del clima. La decisión de declarar dos días de festivo en todo el país es un ejemplo de cómo los gobiernos pueden tomar acciones para proteger a las poblaciones vulnerables durante eventos climáticos extremos.
Sin embargo, estas medidas son solo soluciones temporales para un problema más amplio y a largo plazo. Para prevenir olas de calor más extremas en el futuro, es necesario tomar medidas más drásticas para combatir el cambio climático, como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover fuentes de energía renovable.
El caso de Irán pone de relieve la urgencia de la situación y la necesidad de actuar ahora para proteger la salud de las poblaciones en todo el mundo. En un mundo cada vez más caluroso, es esencial que los gobiernos, las organizaciones de salud y los individuos estén preparados para enfrentar las amenazas que plantean las olas de calor extremas.