Lee Hsien Loong ha dejado una marca indeleble en la historia de Singapur, transformando una pequeña ciudad-estado de cinco millones y medio de habitantes en uno de los principales centros financieros del mundo. Su ascenso al poder fue una continuación del legado de su padre, Lee Kuan Yew, quien estableció los cimientos del Singapur moderno tras la independencia del Reino Unido en 1965. Este legado de liderazgo familiar es una característica común en la política asiática y ha jugado un papel importante en la evolución de Singapur.
Durante sus dos décadas en el poder, las políticas económicas de Lee Hsien Loong han llevado a un crecimiento sin precedentes, duplicando el PIB per cápita y el ingreso mensual bruto promedio de los residentes. Su liderazgo se ha caracterizado por un pragmatismo sofisticado y una visión de futuro que ha transformado a Singapur en una economía vibrante y floreciente.
A sus 72 años, Lee se ha retirado oficialmente de su puesto como primer ministro de Singapur. Como se esperaba desde hace dos años, su sucesor será el economista Lawrence Wong. A los 51 años, Wong también asumirá la dirección del Ministerio de Finanzas, marcando una nueva era en la gestión de Singapur.
Wong será el cuarto líder de Singapur desde su independencia, y todos ellos han surgido del siempre gobernante Partido de Acción Popular (PAP). Fundado por Lee Kuan Yew, el PAP ha mantenido un control firme sobre la política de Singapur, obteniendo el 61% de los votos en las últimas elecciones celebradas en 2020 y ocupando 88 de los 98 escaños del Parlamento.
A pesar de su presentación al exterior como una democracia, Singapur ha funcionado más como un país autoritario, con una represión a la libertad de prensa y un poder político y económico concentrado en un selecto grupo de personas. Este grupo, compuesto principalmente por hombres mayores que se han enriquecido gracias a la rápida prosperidad de Singapur, ha operado bajo la protección de la familia Lee.
Los críticos ven como un signo positivo que el sucesor nombrado sea un político más joven que no proviene de estas élites de la isla. Wong, que estudió en Estados Unidos y entró en la política hace poco más de una década, ha estado a la vanguardia de la lucha contra la pandemia en Singapur. Su gestión exitosa de esta crisis llevó a su nombramiento como viceprimer ministro en 2022.
A pesar de que Wong ahora liderará las políticas del país, la sombra de la dinastía Lee seguirá presente, con el ex líder ocupando un asiento en el gabinete con el cargo de «ministro de alto rango».
Lee siempre ha disfrutado de gran popularidad en Singapur, en parte gracias a sus medidas para atraer a inversores ricos y transformar la isla de un puerto comercial y manufacturero a un centro de innovación. Su gobierno sorteo la crisis financiera mundial y abrió las puertas a los trabajadores migrantes para resolver la escasez de mano de obra.
En el ámbito internacional, Lee ha equilibrado hábilmente las relaciones entre las dos superpotencias enfrentadas, Estados Unidos y China. En el terreno social, a pesar de las persistentes desigualdades, uno de sus logros más significativos fue la derogación de una ley que criminalizaba las relaciones homosexuales.
Sin embargo, la cara menos amable del Singapur que deja Lee es la represión a algunos activistas y una prensa amordazada, con la mayoría de las emisoras de propiedad de Temasek, una empresa estatal de inversiones presidida por la multimillonaria empresaria Ho Ching, esposa de Lee. Además, los principales periódicos están controlados por un grupo privado vinculado al Gobierno.